4 de mayo de 2024 4 / 05 / 2024

De entrada 279

Estrella Burgos

En la primera quincena de enero de este año varias veces se alcanzó un número récord de contagios diarios de SARS-CoV-2. Todo apunta a que esta cuarta ola de la pandemia y el rápido aumento de casos se deben en buena medida a la contagiosísima variante ómicron y al relajamiento de las medidas de prevención durante los festejos de fin de año, como explica Miguel Ángel Cevallos en el artículo de portada.

Por fortuna, al parecer ómicron no causa enfermedad grave en la mayoría de las personas vacunadas. Pero, ¿qué hay de quienes no tienen aún completo el esquema de vacunación, o no se han vacunado o son especialmente vulnerables por su estado de salud? Esas son las personas que están siendo hospitalizadas. Y son muchas, al grado que ya empiezan a reportarse hospitales saturados de pacientes con COVID-19, como en los primeros meses de la pandemia. Esto implica dejar de atender a pacientes que van a esos hospitales por otras causas. Y no es el único problema que representa ómicron. Entre quienes se contagian están personas que nos dan servicios esenciales: personal de salud, transportistas, productores de alimentos, los que mantienen la red eléctrica y de agua... Si están infectados no pueden acudir a su trabajo, al menos por unos días. No es difícil imaginar las consecuencias para todos nosotros. Por eso tenemos que hacer nuestra parte y evitar en lo posible contagiarnos y contagiar a otros.

Cevallos también expone detalladamente lo que ya se sabe sobre la variante ómicron y lo mucho que todavía se ignora; de dónde pudo haber surgido y cómo se le estudia. Por lo pronto, hay que seguirse cuidando y no contribuir a la cadena de contagios. La pandemia no ha terminado, y lo peor que podemos hacer es subestimar el impacto de ómicron.

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