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Experiencia digna de vivirse
El pasado mes de abril se llevó a cabo el XVIII Congreso de Investigación CUAM en el Centro Universitario Anglo Mexicano de Morelos, mi escuela. En el Congreso mi equipo y yo participamos con un proyecto sobre biorremediación a través de hongos, que se desarrolló en las instalaciones del Instituto de Biotecnología de la UNAM, ubicado dentro del campus de la Universidad Autónoma de Morelos.
Como estudiante de preparatoria, el haber establecido contacto con investigadores de gran nivel (a los cuales les estoy muy agradecida), me pareció de lo más increíble. Trabajar con toda la tecnología de este lugar, aprender cómo se usan los aparatos y manejar los químicos, me hizo darme cuenta de lo maravilloso que es el mundo de la biología. Durante el desarrollo del proyecto se presentaron muchos problemas como la contaminación de las muestras o fallas en las técnicas de centrifugación, pero aprendimos a encontrar una solución y a seguir adelante.
Ya en el Congreso los nervios están a la orden del día. Te sudan las manos y piensas que no te vas a acordar de todo lo que tienes que decir. Al pasar frente al jurado te tiembla la voz y sientes la mirada de todos, pero terminar la exposición y darte cuenta de que todo lo dijiste bien, es la mejor sensación; aprendes a controlarte y sobreponerte a los nervios; a saber que puedes hacerlo y confiar en ti mismo.
Y no sólo era yo, el resto de los alumnos que tenían proyectos excelentes se encontraba en la misma situación. Es increíble ver a los participantes de otros estados, como Guerrero, México y Tlaxcala; todos con proyectos realmente interesantes y de los cuales aprendes. Aunque en esta ocasión mi equipo no salió premiado, obtuvimos un gran aprendizaje. El haber participado fue una gran experiencia, ya que nos enseñó a ser perseverantes y a no darnos por vencidos. Esta experiencia deberían vivirla muchos más estudiantes, ya que te deja un gran aprendizaje y te permite tener una visión diferente de lo que es la ciencia. Una gran oportunidad que todos deberíamos aprovechar.
Alejandra Nebaí Flores Alonso
Centro Universitario Anglo Mexicano de Morelos
