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Aunque me espine la mano

Aura Pérez Aguirre

¿Cómo ves?

Siempre me dijeron que las espinas de los erizos de mar son venenosas y que me harían daño si las tocaba; con el tiempo fui adquiriendo talasofobia o miedo al mar. En la clase de Zoología III nos enseñaron el Phylum Echinodermata, donde encontramos a las estrellas, erizos, pepinos, galletas y arañas de mar. Nos mostraron el aparato bucal de los erizos, llamado linterna de Aristóteles, con el que mastican su alimento. Pensé con horror en si un día me llegaran a masticar con eso.

Días después fuimos a una práctica de campo al mar y estaba aterrorizada; le había contado a mi profesor que me daban miedo los erizos. El día que nos metimos al arrecife, el profesor tomó uno y me pidió que lo pusiera en la palma de mi mano. Me armé de valor y lo hice. No fue fácil, pero me sorprendió que el erizo sólo se desplazara lentamente, no me hiciera nada ni me provocara hinchazón. Fue muy satisfactorio perder ese miedo.

La verdad es que la mayoría de los erizos no son venenosos, sólo algunas especies, como el erizo de fuego. Los erizos no son venenosos al tacto pues el veneno se localiza en las púas y actúa como una medida de protección ante los depredadores. Si te llegas a pinchar con las púas, dependerá de su cantidad de veneno que te afecten o no; también dependerá de tu edad y peso. Por eso no soy supersticiosa, y mejor me informo antes de sacar conclusiones.