29 de marzo de 2024 29 / 03 / 2024

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El mundo feliz de la genética

Adiós al siglo de la física. Démosle la bienvenida al de la biotecnología. Así como el descubrimiento del electrón en 1897 fue fundamental para el siglo XX, el desciframiento del genoma humano lo será para el XXI.

Las reglas básicas de la herencia, descubiertas por Gregor Mendel en el sigo XIX, un abad que cultivaba plantas de chícharo en el jardín de su monasterio, se ampliaron correlacionando la transmisión de información genética con el comportamiento de los cromosomas. A pesar de las dificultades inherentes, el estudio de la genética humana avanza con rapidez. Este campo ha experimentado una revolución al combinarse la tecnología de la ingeniería genética con una variedad de métodos más tradicionales. Los estudios genéticos de otros organismos, como la mosca de la fruta o las plantas utilizadas por Mendel, han aportado indicios invaluables. De hecho, muchos fenómenos se han aclarado al resolver problemas análogos en la herencia de bacterias, levaduras y ratones. A partir del descubrimiento de los ácidos nucleicos y su importancia en la producción de proteínas, el avance de la genética fue impresionante hasta llegar a lo que conocemos hoy. Una genética que cada día nos sorprende, una genética que clonó a Dolly y promete cambiar a la humanidad, una genética que es un sueño imaginativo del hombre.

Como lo sabe la mayoría de nosotros, los científicos están trabajando duro en un proyecto gigante para identificar la función de cada gen de cada cromosoma humano. El resultado será un mapa del genoma humano, que permitirá la identificación anticipada de enfermedades genéticas y la elaboración de pruebas nuevas para detectar esas enfermedades en las personas. Se necesitará por lo menos otra década para la elaboración de un plano completo de todos los genes humanos.

En su famosa novela, Un mundo feliz, Aldous Huxley descubrió una sociedad futurista en que “fábricas de bebés” producen miles de seres humanos duplicados para hacer el trabajo de la sociedad. En los años 30, Huxley imaginó un futuro en que la ciencia se utilizaría para fines siniestros y totalitarios. Ahora encontramos que algunos de los avances que él anticipó han hecho posible que parejas que antes eran infértiles tengan hijos. Sin embargo, como sucede a menudo, las soluciones nuevas crean problemas nuevos. El desarrollo de la genética plantea interrogantes sociales, psicológicas y éticas.

Carlos Joaquín González Quesada
Preparatoria de la Universidad La Salle,
sexto de bachillerato, México, D.F.

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