23 de abril de 2024 23 / 04 / 2024

Aquí estamos 3

Armonía, fuga y ciencia

En el Colegio de Ciencias y Humanidades tuve muy buenos maestros en física, química, método experimental y biología; gracias a ello, comprendí la importancia de la aplicación de la ciencia y aprendí a observarla en mí misma y en el entorno. Tuve suerte porque no les ocurrió lo mismo a mis compañeros de otros grupos ya que, en general, ellos opinaban que parecía que sus maestros hablaban para sí mismos y no para sus alumnos, y al enseñar de manera fragmentada daban la impresión de que las matemáticas, la química y la física no tenían relación alguna con nuestra existencia y con la vida cotidiana.

Ahora que estoy estudiando en la Escuela Nacional de Música he podido notar la presencia de la ciencia en esta disciplina. Por ejemplo, en los instrumentos se aplica la física y en las partituras las matemáticas. Para hacer música hay que comprender la exactitud de las matemáticas, no me refiero a ser un actuario o un científico matemático, sino simplemente a aprender a manejar equivalencias de las fracciones; por ejemplo: 2/32=1/16, 2/16=1/8, 2/8=1/4, y con esto puedes obtener distintas figuras rítmicas que al integrarlas con los silencios te permiten lograr una composición musical. Además, puedes aplicarlas al conocimiento de otras materias como armonía, contrapunto, canon y fuga.

Un ejemplo de la física está en el instrumento que toco, la flauta transversa, ya que el sonido se produce dirigiendo un fino hilo de aire sobre el bisel frontal de la embocadura. Al chocar con él, se crea una perturbación que se transmite a lo largo del tubo. El aire contenido en el tubo vibrará con la frecuencia correspondiente a la longitud de onda de cada nota, según como tapemos los agujeros que tiene el instrumento.

Para lograr lo anterior hay que saber armar la flauta, y es muy importante la postura, es decir, saber colocar los dedos, mantener un buen equilibrio entre los pies, las caderas y los hombros, separar los brazos del cuerpo para dejar la respiración en libertad y así lograr un buen sonido.

La biología está presente porque al conocer nuestro cuerpo podemos aplicar el tipo de respiración necesaria para tocar la flauta (como para los demás instrumentos de viento o para el canto). Se necesita de una inspiración profunda y rápida, y de una expiración lenta y sostenida, adecuada a la longitud y al carácter de la frase a realizar. Casi siempre se menciona el ejemplo de un bebé respirando o de una persona dormida, ya que esa es la forma natural de respiración del cuerpo. Se trata simplemente de alojar el aire (que se inspira por la boca y a veces por la nariz) en la parte más baja de los pulmones y en el abdomen. Se evita elevar los hombros al inspirar, ya que ello nos conduciría a una colocación del aire y a una crispación no deseable.

Uno de mis maestros me dice a menudo: “tienes que ser como un árbol”, siempre firme, conservando el equilibrio para lograr una buena posición. Para ello, es necesario desarrollar la técnica anterior. En la música se combina lo científico con lo humanístico porque al interpretar las obras se transmite al público lo que uno piensa y siente.

Elisa Figueroa Bernal
Egresada del CCH Sur (1998)
Actualmente estudia en la Escuela Nacional
de Música de la UNAM

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