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Una alternativa no sólo para el futuro

A partir de la llamada revolución industrial nos hemos vuelto sumamente dependientes de los combustibles fósiles (primero del carbón y luego del petróleo). De éstos obtenemos muchos beneficios, entre ellos la generación de energía eléctrica, pero son recursos no renovables que se agotarán pronto. Además hay que tomar en cuenta que el empleo de los combustibles fósiles implica la generación de bióxido de carbono (CO2), uno de los principales agentes causantes del incremento del llamado efecto invernadero y por lo tanto del cambio climático que está sufriendo la Tierra.

Una de las tareas que tienen los científicos en la actualidad es encontrar nuevas fuentes energéticas que sustituyan paulatinamente al petróleo y al carbón. Una alternativa prometedora la tenemos aquí y ahora en el Sol. Ya existen dispositivos que convierten directamente la energía solar en otros tipos de energía, como la eléctrica, con la ventaja de que no producen desechos radiactivos ni otros agentes agresivos al medio ambiente. Sin embargo, para que la tecnología solar sustituya a las fuentes energéticas antes citadas es necesario reducir sus costos y dimensiones, además de aumentar su eficiencia. Afortunadamente en los últimos años ha habido avances en este campo y cada vez vemos más aparatos solares en el mercado (como radiograbadoras, relojes y calculadoras).

Nuestra labor como jóvenes, estudiantes y ciudadanos comunes no radica sólo en estar conscientes del problema sino también en apoyar los pequeños y grandes avances que se den para solucionarlo, por ejemplo comprando aparatos o dispositivos que funcionen con base en la energía solar o gastando la menor cantidad posible de energía proveniente de combustibles fósiles.

César Medina Paz
tercer trimestre
Licenciatura en ingeniería ambiental.
UAM Azcapotzalco, México, D. F.