Aquí estamos 46

Frankenstein

Cuando acabé de leer Frankenstein, de Mary Shelley, supe que tenía en mis manos un excelente libro pues además de gozar la parte literaria, descubrí que en el fondo trataba una situación muy seria: cómo la errónea aplicación de la ciencia puede destruirnos. Aun el uso benigno del conocimiento científico puede traernos funestas consecuencias, pero ¿es malo el conocimiento? Obviamente no, lo que sí es cierto es que este conocimiento puede utilizarse correcta o incorrectamente.

La ciencia ha permitido la creación de artefactos que pueden acabar con la humanidad entera, pero también ha permitido que vivamos más años y que en general gocemos de una mejor calidad de vida. Además, gracias a la ciencia hoy sabemos mucho más no sólo sobre la Tierra, también sobre el Universo y sobre los seres vivos. Cuando logremos todos darle a la ciencia el lugar que merece y erradicar la ignorancia acerca de nosotros mismos y la naturaleza, seguramente evitaremos aplicaciones erróneas de los conocimientos científicos, y nos centraremos en sus enormes beneficios.

Federico Zolá Herrera
Universidad del Valle de México, Campus Roma
México, D. F.