Aquí estamos 58

¿Mucho cerebro y poco corazón?

Durante mi corto camino por la ciencia he escuchado frecuentemente que los científicos son fríos y calculadores: mucho cerebro y poco corazón. Sin embargo, tener el compromiso de hacer investigación científica de alta calidad en un país como el nuestro, donde la ciencia no es una prioridad, es el resultado del coraje, la pasión y el placer. Es la necesidad de responder preguntas que no son parte de un monólogo entre científicos, sino de diálogos con la sociedad para resolver problemas que nos conciernen a todos.

Como cualquier actividad, la ciencia tiene sus dificultades pero hasta el momento no conozco a nadie a quien hayan obligado a ser científico. Por eso, la motivación para continuar y lograr que el trabajo científico trascienda más allá de un estilo de vida, proviene de la combinación de inteligencia, astucia, trabajo y corazón. Todo esto es indispensable para crear más preguntas que muevan a la humanidad a pensar en sus respuestas.

Laura Trejo Hernández
Egresada de la carrera de Biología, UNAM
Ciudad de México.