28 de marzo de 2024 28 / 03 / 2024

Aquí estamos 91

Sueño de una noche de verano

Caminas en el atardecer, inmerso en la amazonia dejándote acariciar por la naturaleza. El ambiente es muy agradable y te sientes tan cómodo que optas por tomar un descanso al pie del árbol más cercano, te recargas en él y suavemente deslizas la espalda hasta que llegas al suelo. Observas alrededor, tomas alguna hoja entre tus manos; el movimiento ha removido la hierba y reconoces, un tanto incrédulo, algo que parece una mandíbula, pero el tamaño de ésta se burla de las que sabes que existen, ya que es más larga que tus piernas. Te pones tenso y poco a poco logras distinguir entre la hojarasca un gran, gran cuerpo que se levanta amenazadoramente. La aguda mirada de un ojo amarillo del tamaño de tu puño te sentencia, tus pulsaciones cardiacas pierden el ritmo, vislumbras un par de hileras de dientes aumentando su ángulo de separación, ocho toneladas de furia se deslizan hacia ti, es el fin…. gotas de lluvia empapan tu rostro y te salvan del ilusorio agresor.

¿En verdad es ilusorio? No sería la primera vez que la realidad supera a la ficción. En la Tierra han existido organismos que resultan tan descomunales para nuestra ínfima condición de humanos que sólo nos queda maravillarnos ante su imponencia y agradecer su desaparición; es más, pensándolo bien podemos incluso jactarnos ante ellos, ya que ahora ocupamos un nicho cómodo en la naturaleza. El azar y la necesidad nos han puesto aquí pero así como a ellos los quitaron, nosotros desapareceremos también y quizá en la próxima siesta nos encontremos, frágiles y aterrados, entre las extremidades de una mantis…

Isabel A. Santander
Estudiante

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