19 de abril de 2024 19 / 04 / 2024

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Destruyendo nuestro escudo

El ozono (oxígeno triatómico, O3) es un gas que se genera de forma continua en las capas altas de la estratosfera, que se encuentra entre los 15 y 50 kilómetros de altura sobre la superficie del planeta. Este gas es resultado de reacciones químicas que sufren las moléculas de oxígeno. Existe un nivel de ozono concentrado que cubre y protege la Tierra a modo de un cielo que estuviese encapotado por un estrato nuboso. El ozono actúa como un potente filtro solar evitando el paso de una pequeña parte de la radiación ultravioleta (UV), cuya longitud de onda va de los 280 hasta los 320 nanómetros.

Los principales agentes de destrucción del ozono atmosférico provocados por el hombre son mayormente el cloro y el bromo libres, que reaccionan negativamente con ese gas.

La forma por la cual se destruye el ozono es bastante sencilla. La radiación ultravioleta arranca el cloro de una molécula de clorofluorocarbono (CFC) que, al combinarse con una molécula de ozono, la destruye. El proceso es muy dañino ya que en promedio un átomo de cloro puede destruir hasta 100 000 moléculas de ozono.

Algunos efectos en la salud provocados por la destrucción de la capa de ozono se refieren a que la luz UV inicia y promueve el cáncer en la piel; hace más severas las quemaduras del Sol y avejenta la piel; afecta al sistema inmunitario exponiendo a las personas a la acción de varias bacterias y virus, y provoca diversos daños a los ojos como son las cataratas.

Fernando Gómez Salcedo, Martha Angélica García Almeida, Hortensia González Campillo, Silvia González Medel, Shadid Marlen Camacho Cruz y Rafael Álvarez Ramírez
Preparatoria Regional Enrique Cabrera Barroso,
Tecamachalco, Estado de México

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