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Estrella Burgos
El psiquiatra Eduardo Thomas vuelve a estas páginas para abordar en portada un problema de salud mental que altera gravemente la vida de quienes lo padecen, y a la larga produce un deterioro progresivo de las capacidades cognitivas: el trastorno bipolar. Lo más común es que se inicie en la adolescencia, pero también puede presentarse entre los 30 y los 40 años. Es crucial diagnosticarlo a tiempo, ya que el riesgo de suicidio es alto. El trastorno bipolar, nos dice Thomas, es una enfermedad de los sistemas encargados de controlar el ánimo. Y si bien no tiene cura, se puede sobrellevar con un adecuado control médico.
Hace unos meses los estudiosos de la evolución humana tuvieron motivos para regocijarse: tras 15 años de excavaciones, cuidadosa recuperación de fósiles y análisis de éstos, un equipo interdisciplinario nos entregó un nuevo ancestro del ser humano. Se trata del esqueleto de una hembra que vivió hace 4.4 millones de años en Etiopía y que al parecer era capaz de caminar erguida. La llamaron “Ardi”, y su lugar preciso en nuestra historia evolutiva aún es motivo de controversia. Como dice Alicia García en su artículo sobre este hallazgo, Ardi es una pieza más de un rompecabezas muy difícil de resolver.
Del pasado remoto saltamos a la frontera de las investigaciones en inteligencia artificial con el reportaje de Guillermo Cárdenas sobre un robot que puede dialogar en español, interpretando las intenciones de sus interlocutores en ciertas situaciones. Sus creadores, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la UNAM, lo han llamado Golem en alusión a una criatura de leyenda hecha de barro.
Son bien conocidas las aportaciones de Alexander von Humboldt a la historia natural; menos célebres son las de quien lo acompañó en muchos viajes: Aimé Bonpland. En la sección “Así fue” Gloria Valek narra las aventuras de este formidable botánico, que hubo de sufrir la cárcel y el destierro a manos de un dictador.
Completa esta edición una historia de lenguas largas, muy largas. Clementina Equihua y Rodrigo Medellín nos hablan de unos murciélagos que se alimentan de flores y néctar, y que no lo podrían hacer sin una lengua adecuada. Estos murciélagos son polinizadores indispensables de plantas de gran importancia económica, como el agave azul. Y la mayoría tiene la cara también muy larga.
