25 de abril de 2024 25 / 04 / 2024

Ojo de mosca 163

Antinatural

Martín Bonfil Olivera

Si lo sobrenatural es lo que está más allá de la naturaleza, lo antinatural sería lo que va contra ella.

Pero, ¿qué es ir contra la naturaleza? La muerte podría considerarse contraria a la naturaleza biológica. Y sin embargo, forma parte del ciclo natural de la vida. Podríamos precisar y calificar de "antinatural" a la muerte no natural, como el asesinato. Pero aquí entramos en juicios éticos que no dependen ya de la naturaleza, sino de convenciones humanas. Y hay muchas ocasiones en que la sociedad misma aprueba privar de la vida a seres humanos: en las guerras, en el combate al crimen o en los países donde existe la pena de muerte.

Antinatural podría ser, entonces, destruir la naturaleza. La contaminación, la desforestación, la extinción de especies debida a la actividad humana y otras alteraciones de la biósfera podrían considerarse antinaturales. Y en cierto modo lo son.

Pero no es ese el sentido con el que normalmente se usa la palabra. "Contrario al orden de la naturaleza", define la Real Academia y muestra así la suposición escondida detrás del término: que existe un orden en el mundo natural, un proyecto, unas "leyes" escritas… ¿dónde?

El matrimonio entre personas de diferente color de piel, o del mismo sexo; los derechos civiles para mujeres, o para negros; los plenos derechos humanos para personas con capacidades diferentes… todos, en algún momento a lo largo de la historia —algunos todavía hoy— han sido considerados "contrarios al orden de la naturaleza".

Y es que el adjetivo "antinatural", más que referirse a procesos del mundo que nos rodea, se ha usado para descalificar y condenar lo que ciertos grupos, en ciertas épocas y lugares, basándose en ciertas ideologías, consideran contrario a un supuesto "orden natural" que no existe más que en las mentes humanas.

El avance científico también ha sido bloqueado, o al menos obstaculizado, por la idea de un orden natural que no debe ser violado. Las autopsias para investigar la anatomía humana, los trasplantes y transfusiones, el uso del telescopio para estudiar los astros, y el afán mismo de saber, de entender la naturaleza, han sido condenados, en distintos momentos, como "antinaturales".

Pero más que leyes absolutas dictadas por algún dios, son los juicios humanos, a veces justificados —como el que se opone al sufrimiento animal— y a veces basados en el dogma y el prejuicio, los que nos hacen etiquetar algo como "antinatural".

Nada en el mundo natural es contrario a la naturaleza. Y la curiosidad humana es parte de ella. Usar el conocimiento que obtenemos gracias a esa curiosidad para cuidar el ambiente y mejorar la sociedad es lo más natural que podemos hacer.

comentarios: mbonfil@unam.mx

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