20 de abril de 2024 20 / 04 / 2024

Ojo de mosca 57

Y ahora, ¡el Big Rip!

Martín Bonfil Olivera

En el principio, todo comenzó con la gran explosión, el Big Bang. Hasta hace poco, había dos posibilidades para el final del Universo: que se siguiera expandiendo por siempre, cada vez más lentamente, o que la expansión se detuviera y luego se invirtiera, hasta regresar al inicio en el gran apachurrón, o Big Crunch. Los cosmólogos, científicos que estudian el origen y destino final del Universo, descartaron hace poco la segunda opción, pues falta materia para ejercer la atracción gravitacional que se necesitaría para revertir la expansión.

Pero hace cinco años descubrieron algo aún más sorprendente: la expansión se está acelerando, como un globo al que le metiéramos aire cada vez con más velocidad.

Aunque nadie sabe a ciencia cierta qué puede causar este extraño fenómeno, existen varias explicaciones posibles. Todas ellas postulan la existencia de una fuerza repulsiva, opuesta a la gravedad, producida por la llamada “energía oscura”, que llena todo el espacio.

Pero eso no es todo. Uno de estos modelos teóricos predice que la energía oscura podría comportarse de una manera aún más extraña: la intensidad de la fuerza expansiva podría estar aumentando conforme pasa el tiempo. Esta modalidad de energía oscura es conocida como “energía fantasma” (parece que los cosmólogos son aficionados a La guerra de las galaxias). Y podría ocasionar, según el físico Robert Caldwell, un final distinto para el Universo: la destrucción de todas las cosas. Caldwell bautizó esto como el Big Rip, o “gran desgarrón”.

En efecto, conforme la energía fantasma fuera aumentando, iría provocando que todos los objetos se fueran desgarrando, separándose en sus componentes. Primero se desgarrarían las galaxias; luego los sistemas planetarios; después los planetas mismos. Finalmente, en las últimas trillonésimas de segundo antes del final, incluso los átomos y las partículas subatómicas explotarían en pedazos. El Big Rip ocurriría, predice Caldwell, dentro de 22 mil millones de años.

Pero no todo está perdido. Recientemente, el cosmólogo español Pedro González Díaz postuló que la energía fantasma podría comportarse de varias formas. Una es la que predijo Caldwell, que conduce al Big Rip. Pero otras indican que el Big Rip tomaría un tiempo infinito para suceder, es decir, nunca ocurriría.

Como se ve, las dudas son muchas. Hasta ahora no hay respuesta, pero se espera que nuevas mediciones de la luz que nos llega de los confines del Universo, programadas para realizarse en los próximos años usando satélites, aclaren la situación. Mientras tanto, al menos podemos estar seguros de que la cosmología nos seguirá dando sorpresas.

Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx

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