19 de abril de 2024 19 / 04 / 2024

¿Quién es? 106

Margarita Rosado Solís

Norma Ávila Jiménez

Foto: Adrián Bodek

De las galaxias al tae kwon do y la pintura

La clase de historia de la primaria la transportaba a la época en que los mayas predecían eclipses, desarrollaban calendarios exactos y organizaban “congresos“ donde se reunían sacerdotes-astrónomos de diversas regiones. En la secundaria, la atrapó el fenómeno del arco iris, la óptica, la energía y la mecánica del movimiento. Es la doctora Margarita Rosado Solís, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM (IAUNAM), quien se decidió a estudiar la licenciatura en física aún cuando sus conocidos en Puebla —donde realizó sus estudios básicos— le preguntaban: “¿Y cuando termines qué vas a hacer, dónde vas a trabajar?” En esa época, ni ella misma tenía la respuesta.

La Facultad de Ciencias de la UNAM fue su punto de partida para llegar a la Universidad de París, donde realizó sus estudios de posgrado, y después, en el Observatorio de Marsella, un posdoctorado. Además de adentrarse en las nebulosas y las galaxias, Margarita supo disfrutar “la vida cultural de París: los museos, las bienales de pintura y la ópera, básicamente”. Además, aprendió a esquiar en los Pirineos, apreció la arquitectura parisina, saboreó los quesos y los vinos, y tuvo la oportunidad de admirar el famoso destello verde en el Observatorio Pic du Midi, fenómeno que, en lugares muy despejados, algunas veces se observa cuando el Sol se oculta.

Ya como investigadora del IAUNAM, coordinó la construcción de un interferómetro de barrido, el PUMA, instrumento que, colocado en el telescopio más grande del Observatorio Astronómico Nacional (su espejo primario mide 2.12 metros), ha sido esencial para estudiar la velocidad del movimiento de las nebulosas, de las regiones donde se forman las estrellas y de las galaxias. “Un proceso interesante sucede cuando interactúan dos galaxias, porque nuestras observaciones nos llevan a deducir que una de las dos, de su forma espiral puede evolucionar a lenticular, debido a que, por la fuerza de gravedad, la otra le roba gas”. Actualmente Margarita coordina un equipo internacional para lograr que OSIRIS, instrumento del Gran Telescopio de Canarias —de 10 metros de diámetro en el espejo—, también funcione como interferómetro y se puedan hacer observaciones con mayor resolución.

El trabajo arduo tiene su recompensa: la asistencia de esta investigadora a congresos le ha permitido conocer diversos lugares del mundo y recuerda uno en especial: la Patagonia. “Fue increíble ver los glaciares, las ballenas, las focas, los pingüinos, los zorros y diversos grupos de pájaros”, cuenta.

Los ojos de Margarita Rosado generalmente reflejan paz interior. Probablemente se deba a que complementa su actividad profesional con el gusto de estar con sus hijos, Mariana y Diego; con el placer de pintar, escuchar música clásica, leer poesía e historias de detectives. Además, practica Tae Kwon Do y yoga, disciplinas que, nos dice, “implican una filosofía de vida a través de la cual se fomenta el compañerismo y el aprender a apreciar las cualidades del ser humano”.

¿Adónde irías si pudieras viajar...?

¿En el tiempo? A la época de Galileo, para observar cómo se fue desarrollando la ciencia.

¿En el Universo? Me encantaría ir a otro sistema solar o al centro de nuestra galaxia, donde hay un agujero negro.

¿En la Tierra? A los polos.

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