¿Quién es? 112

Javier de la Fuente

Concepción Salcedo Meza

Foto: Adrián Bodek

Una mirada social a la salud bucal

“Hace 40 años, la colonia del Valle era un lugar nuevo dentro de las opciones para vivir en la Ciudad de México. En dicha colonia pasé mi infancia; la calle nos acogía sin peligros y allí, después de comer, salíamos a jugar fútbol y hacer amigos sin distingo de clase social. Tocábamos la guitarra y en ocasiones, podíamos ver hasta borregos pastando en lotes baldíos, algunos de los cuales tenían milpas.

Habla el doctor Javier de la Fuente, hijo de un médico patólogo clínico, de quien aprendió a ser riguroso y a esforzarse en todo lo que hacía. Javier estudió la carrera de cirujano dentista y la especialidad en docencia en la Facultad de Odontología de la UNAM, así como la maestría en salud pública en el University College London y el London Hospital Medical College, en Inglaterra.

Hombre carismático, de gran fuerza expresiva y amante del perfeccionismo, al hablar de la salud pública bucal se torna vehemente. Afirma que para el año 2050 uno de cada cuatro mexicanos rebasará los 60 años, y ante esa realidad se deben generar programas de prevención y mantenimiento dental. Él ya ha coordinado 69 programas comunitarios para atender problemas bucales. Dichos programas fueron establecidos por la Facultad de Odontología hace varias décadas. “Por medio de cursos curriculares y brigadas, los alumnos y los maestros atienden muchas comunidades rurales o indígenas, conocen el entorno social y se involucran. Así les enseñamos esa otra odontología al servicio de la población marginada. Al final de las arduas jornadas, convivimos todos”.

“La educación para la salud es una herramienta para disminuir la brecha de inequidad entre sanos y enfermos. Es un espacio de oportunidad para que la población mejore su calidad de vida a través de programas educativos y políticas adecuadas, que propicien el acceso a los servicios de salud, a un entorno saludable y a una alimentación sana”.

La entrega y el espíritu para abordar esta problemática la aprendió de su tutor de la maestría, el doctor Aubrey Sheiham, quien es uno de los más destacados especialistas en salud pública de Inglaterra. “De él me impactaron dos cosas: su gran capacidad intelectual y su impresionante calidad humana. Cuando terminé, generosamente me dio una copia de su obra en diapositivas como apoyo didáctico para mis clases en la facultad”.

Rememora divertido una anécdota de su estancia en Londres: “En 1989, en Inglaterra, se presentó la enfermedad de las vacas locas y a los becarios nos advirtieron que tuviéramos cuidado. Les respondí irónico ‘no se preocupen, no comemos carne’; tal era el costo de ser becario, pero fue una experiencia rica en términos de oportunidad y desarrollo”.

Cuando estudiaba la maestría Javier de la Fuente aprendió a cocinar por necesidad y hoy esta habilidad es uno de sus pasatiempos favoritos. “Preparo pescado, ensaladas, pastas italianas y uno que otro platillo de mi invención, que aunque quede mal, lo comemos sin chistar porque somos codos”, dice bromeando.

A lo largo de 30 años de carrera académica y administrativa, ha desarrollado 20 trabajos de investigación en los que asocia las enfermedades con su impacto socioeconómico. En sus estudios ha abordado problemas de salud bucal en grupos de personas con capacidades diferentes en comunidades rurales, y en un proyecto conjunto con el Instituto Mexicano del Seguro Social estudió los factores que afectan la capacidad de deglución en pacientes de la tercera edad.

Actualmente es presidente del Consejo Nacional de Educación Odontológica (CONAEDO), de la Federación Mexicana de Facultades y Escuelas de Odontología (FMFEO) y de la División Mexicana de la International Association for Dental Research (IADR).

Desde 2004 es director de la Facultad de Odontología de la UNAM, función que combina con su gran pasión: la docencia. En licenciatura imparte la materia de Salud Pública Bucal, y el curso de Epidemiología en el Programa Único de Especializaciones en Odontología. “En el aula, ante los alumnos, me divierto y emociono tanto que acabo sin saco y con la camisa empapada”. Por ese empeño, el Colegio Nacional de Cirujanos Dentistas le otorgó el Premio al Mérito Académico 2006 “Dr. Manuel Rey García”.