¿Quién es? 197

Xiutezca Garibaldi García

Norma Ávila Jiménez

Foto: Arturo Orta

Ciencia y patrimonio histórico

Es tal su pasión por la arquitectura virreinal que le encantaría viajar en el tiempo y trasladarse a la Nueva España para disfrutar las formas, los colores de las columnas, pilastras, arcos y patios de los templos, palacios y colegios construidos en las antiguas calles del centro de la Ciudad de México. Es la maestra Xiutezca Garibaldi García, jefa del Departamento de Restauración de Edificios Históricos de la UNAM, quien asegura que su gusto por conservar el patrimonio universitario con el apoyo de métodos científicos fue una semilla sembrada por los reyes magos cuando era niña.

“Aunque les pedía muñecas, me traían legos y hasta un juego de estructuras con tornillos; no me disgustaban y los armaba. Después, ya en la secundaria, experimenté diversas técnicas de dibujo —acuarela, carboncillo y óleo, entre otras— en el taller de artes plásticas, las cuales me facilitaron la realización de trabajos durante la licenciatura, en la Facultad de Arquitectura”, donde también hizo la maestría. Su destreza provocó que un maestro no creyera que era suyo el primer dibujo que le encargaron con la técnica de mano alzada. La maestra Xiuteza fue también asistente del responsable de la conservación del Centro Nacional de las Artes de Conaculta en 1999.

Actualmente su quehacer profesional la ha llevado a internarse en los muros y secretos de la Real y Pontificia Universidad, en donde ella y su equipo realizan intervenciones asesorados por un equipo multidisciplinario conformado, entre otros, por especialistas del Instituto de Ingeniería, quienes revisan los hundimientos de diversos inmuebles, apoyados por la Dirección General del Patrimonio Universitario. Este edificio, donde estuvieron en el siglo XVII intelectuales tan importantes como fray Diego Rodríguez o Don Carlos de Sigüenza y Góngora, se está recimentando bajo la dirección de la maestra Garibaldi con base en modelos matemáticos y simulaciones en tercera dimensión que brindan información acerca del comportamiento del inmueble.

Con gran entusiasmo explica que en el Palacio de Medicina trabajaron con un sistema de micropilotes, levantamientos topográficos y radiografías del suelo (aunque suene raro) a 100 metros de profundidad, a fin de conocer la irregularidad de su hundimiento.

Para conservar la cantera de las fachadas intervenidas, como en el caso del Antiguo Colegio de San Ildefonso, ella y su equipo hacen análisis petrográficos para determinar su composición y aplicar sustancias que no corroan o deshagan el material original. La dedicación y cuidado de la arquitecta y su grupo en las labores de restauración y conservación, ha quedado manifiesta en más de media docena de edificios históricos universitarios. Para relajarse de su trabajo profesional, Xiutezca se transforma en sirena y acelera su corazón a 180 pulsaciones por minuto: entrena natación en la alberca olímpica de Ciudad Universitaria. Su disciplina le permite competir en pruebas de siete kilómetros en el mar o 36 kilómetros en relevos.

La lectura de novelas históricas como Yo, la peor de todas o Arrebatos carnales y hornear deliciosos pasteles le devuelven el ritmo normal a sus latidos. Cuando está de vacaciones hasta puede tejer o hacer servilletas adornadas con hilaza. Sólo así mantiene su equilibrio, asegura esta arquitecta restauradora quien podría haber vivido en la época virreinal.