28 de marzo de 2024 28 / 03 / 2024

¿Quién es? 31

Shahen Hacyan

Concepción Salcedo Meza

Foto: Adrián Bodek

El poder de las matemáticas y de la mecánica cuántica

“El descubrimiento de la energía nuclear, el transistor, el láser y la computadora pudieron darse gracias a la mecánica cuántica, cuyos principios concibieron durante los primeros treinta años del siglo XX; la tecnología del siglo XXI también será fruto de los efectos cuánticos. Una de las novedades que podrían surgir en el futuro es la computadora cuántica, más eficiente y ultra rápida”. Estas buenas nuevas las comparte con nosotros un experto en mecánica cuántica, el doctor Shahen Hacyan, investigador del Instituto de Física de la UNAM.

Shahen nació en Estambul, Turquía, en una familia de origen armenio. Allí vivió hasta los cinco años de edad, momento en que la familia Hacyan se trasladó a París, Francia. Años después, su padre recibió una oferta de trabajo en México y llegaron a nuestro país: “Fue un cambio drástico —cuenta— pues pensaba que iba a encontrar un país muy folclórico, salvaje, donde (como lo había visto en las películas) la gente andaba a caballo. Obviamente no fue así; de aquellos tiempos recuerdo el Colegio Franco-Inglés, donde cursé la secundaria y la preparatoria e hice muy buenos amigos”.

Fue hijo único; su padre tenía una fábrica de recubrimientos para edificios y su madre era maestra de piano. Aunque él ama la música y el arte en general, desde su infancia se inclinó hacia las matemáticas y las estudió apasionadamente. Al respecto, Shahen explica: “Para las matemáticas no se requiere de gran inteligencia pero sí de talento”.

De su paso por la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde cursó la licenciatura en física, recuerda en forma especial al maestro Juan de Oyarzábal, quien lo motivó para dedicarse a la ciencia. Sobre su trabajo de tesis explica: “Quería desarrollar un tema que uniera a la física y a las matemáticas; como en esa época estaban de moda las partículas elementales, apliqué esta teoría al estudio de los universos rotantes, que es un modelo matemático del físico Kurt Gödel —una solución de las ecuaciones de Einstein— que describe un universo en rotación, es decir, que el tiempo circula y puede regresar al pasado; suena esotérico, pero no es así: es una solución matemática”.

A finales de los años sesenta viajó a Inglaterra para hacer el doctorado en teoría cuántica de campos (partículas elementales), en la Universidad de Sussex. A su regreso, en 1973, ingresó al Instituto de Astronomía de la UNAM y comenzó a dedicarse a la astrofísica relativista, que permite la predicción de la expansión del Universo; las reacciones nucleares del Universo primordial, la evolución de las estrellas masivas y las circunstancias en que éstas se contraen, al acabarse su combustible para eventualmente convertirse en hoyos negros. Éstos son concentraciones de masa tan grandes que la fuerza gravitacional no deja escapar nada, ni la luz.

“Fue fascinante ver cómo con las matemáticas se puede entender algo del Universo. ¡Siempre me ha impresionado mucho el poder de las matemáticas¡”. Este año Shahen cumple 28 años de ser investigador en la UNAM, primero en el Instituto de Astronomía y actualmente en el Instituto de Física. Además de impulsor de la mecánica cuántica, la óptica cuántica y la teoría cuántica de campos, es pionero —al lado de la doctora Deborah Dultzin, su esposa e investigadora del Instituto de Astronomía— del estudio de los hoyos negros, iniciado en los años setenta.

Acerca de la creación científica, Shahen reflexiona: “Para desarrollar una buena idea creo que se necesita un poquito de intuición y mucho trabajo”. También se ha dado tiempo para plantearse preguntas filosóficas desde el punto de vista de la mecánica cuántica acerca del espacio, el tiempo y la causalidad.

Shahen es un entusiasta divulgador de la ciencia, que ha escrito más de 200 artículos; es columnista en el periódico Reforma y autor de varios libros, en los cuales aborda temas de cosmología y física cuántica. Esta labor le ha sido reconocida con el Premio Third World Network of Scientific Organizations 1994 para la divulgación científica.

Personalmente

Autorretrato. Soy inquieto, curioso, algunas veces extrovertido y otras introvertido.

Pasiones. La física, la filosofía y el arte.

Pasatiempos. Juego ajedrez y escucho música; mi favorita es el jazz clásico de los años treinta y cuarenta.

Amores. Mi esposa Deborah y mis hijos Arturo y Esther.

Arte. Me gusta la pintura del siglo XIX, especialmente los impresionistas. Mis escritores favoritos son Kafka y Mishima; he disfrutado mucho El templo de oro, Confesiones de una máscara y El mar de la tranquilidad.

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