24 de abril de 2024 24 / 04 / 2024

¿Quién es? 60

Patricia Escalante

Jimena Camacho Torres

Foto: Adrián Bodek

Cuidadora de aves

Si pudiera, le encantaría volar. Sería un águila o un halcón peregrino: un ave rapaz. Patricia Escalante Pliego decidió dedicarse al estudio científico de las aves porque le asombra la forma en que las distintas especies construyen sus nidos o cómo celebran el cortejo y cuidan de los polluelos, pero sobre todo admira su independencia y la manera de enseñar a sus crías a ser libres.

La labor de esta doctora en ecología y biología evolutiva por la Universidad de Nueva York no se limita al estudio de las aves, su trayectoria está marcada por participar en la conservación de especies mexicanas: “Tenemos una lista oficial de 60 especies en peligro y 100 amenazadas. La cacería y persecución han sido factores muy importantes de amenaza, pero a partir de los años 50 del siglo pasado la destrucción de su hábitat es la principal causa de riesgo”. Actualmente, además de su trabajo de investigación y docencia en el Departamento de Zoología del Instituto de Biología de la UNAM, encabeza el cuidado de 373 hectáreas en la Sierra de Bolaños, Jalisco. Se trata de un proyecto para conservar un bosque antiguo de pino y encino.

“Las aves son muy importantes en los ecosistemas porque controlan plagas de insectos y dispersan semillas. Son un grupo muy diverso, de hábitos diurnos o crepusculares. Las aves migratorias son verdaderamente asombrosas por todos los retos que enfrentan en su ruta, que trazan usando una especie de brújula que tienen en el cerebro además de referencias como las estrellas y algunas marcas geográficas”.

Sobre el canto explica: “Las vocalizaciones son posibles por los músculos en la siringe (la parte muscular de la tráquea). Los cantos son muy rápidos y los dividimos en notas y staccatos. Los usan para acompañar varias conductas como el cortejo, marcar su territorio, y cada especie tiene su repertorio. El zenzontle es un excelente imitador, por ejemplo”.

A Patricia Escalante le encanta caminar y escuchar a la naturaleza: “Veo como ornitóloga todo el tiempo, aprendo de las aves en todo momento.” En su capacidad de observación se le parece Fatma, su hija de seis años, a quien fascinan las mariposas, “en todos lados, hasta en los sitios más inverosímiles como la central de camiones, encuentra mariposas y nidos.”

Y teme al futuro. “A los que nos interesa la naturaleza nos resulta difícil aceptar que muchas especies se van a extinguir, otras ya lo están. Podemos distinguir tres etapas del hombre en su afectación al ambiente: la primera es la del hombre primitivo, cazador, entonces las aves no voladoras eran las más vulnerables como el pájaro dodó. En la segunda, que ya es comercial, aparecen la introducción de aves de un continente a otro. Y en la época actual tenemos una sobreexplotación de los ambientes por el número de humanos y la forma de consumo que conlleva mucho desperdicio. Vamos a dejar un planeta muy dañado y eso va en contra de nuestra supervivencia porque tendremos una diversidad de especies muy limitada”.

El quetzal le parece a Patricia el ave más bella, aunque los colibríes le merecen una mención especial porque además de sus colores metálicos algunos realizan migraciones que para un ave de ese tamaño son espectaculares. “Hay unos colibríes rubí que aprovechan un frente de viento, esperan el momento adecuado y en una noche cruzan el Golfo de México”. Por su canto prefiere a los troglodítidos y a las aves selváticas.

La investigadora considera que para proteger a las aves lo “más importante es la educación, es un problema de la sociedad “ y que debe controlarse “la cacería a todos los niveles, porque incluso la legal está mal regulada, los criterios para dar permisos son muy cuestionables”. Se necesita también “información técnica más verídica; mayor difusión de la información y más apoyos para la investigación; mejor manejo de los hábitats tanto protegidos como no protegidos.”

En esta lucha no se cansa: “Quisiera tener más tiempo para hacer más, consolidar cosas más trascendentes. Lo que más me gusta es tener a las aves aunque sea un minuto en la mano. Entonces puedo identificar mejor sus características, puedo ver más, una mancha por ejemplo, ver el tono exacto, su extensión; se puede saber de dónde viene, si es hembra o macho, se hace uno más preguntas y luego entra la necesidad de registrar y difundir esos datos”.

Personalmente

¿Qué la impulsa a salir de la cama por las mañanas?

En la ciudad llevar a los niños a la escuela. En el campo, los cantos que se escuchan muy temprano; las aves tienen un orden para ir saliendo y aprovechar los primeros minutos de luz.

 
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