28 de marzo de 2024 28 / 03 / 2024

Ráfagas 25

Martha Duhne

La mujer del siglo

La cosmonauta rusa Valentina Tereshkova fue distinguida recientemente como la Mujer del Siglo por una asociación internacional en Londres. Este reconocimiento se suma a los múltiples galardones de los que ha sido objeto en su país, entre otros la Orden de Lenin y el nombramiento de general mayor del ejército ruso.

La fama de Tereshkova comenzó el 16 de junio de 1963, a los 26 años de edad, cuando se convirtió en la primera mujer que viajó al espacio. Y lo hizo a poco más de dos años del también histórico vuelo de Yuri Gagarin, quien el 12 de abril de 1961 fue el primer ser humano en orbitar la Tierra. Después de Tereshkova pasarían casi 20 años para que otra mujer repitiera esa hazaña: en agosto de 1982 otra rusa, Svetlana Savitskaja, viajó al espacio en la nave Soyuz T-7. (La primera estadounidense, Sally Ride, lo hizo a bordo del transbordador espacial Challenger, en 1983).

Tereshkova nació en marzo de 1937. Valya (como la llamaban de cariño) creció en una familia con muy pocos recursos; asistió a la escuela por primera vez a la edad de 10 años y, antes de entrar al programa espacial, trabajó como obrera en una fábrica textil. Aunque era más joven que otros aspirantes y poseía menos experiencia, fue seleccionada por sus dotes como paracaidista y su extraordinaria resistencia durante los entrenamientos.

A bordo de la nave Vostok VI, Valentina viajó a una distancia de entre 214 y 232 kilómetros de la Tierra y, en total, completó 48 órbitas en tres días. Su primer mensaje desde el espacio fue:

“Aquí Gaviota (su contraseña). Veo el horizonte, una banda azul claro. Ahí está la Tierra, ¡qué hermosa es! Todo marcha espléndidamente”. Cinco meses después de su histórica misión, Valentina contrajo matrimonio con el cosmonauta Adrian Nikolayev, con el que tuvo una hija a la que la prensa bautizó como “el bebé espacial”. Al ser la primera criatura nacida de padres que habían surcado el espacio, la niña fue sometida a innumerables análisis, que comprobaron que era normal.

Tereshkova, graduada como doctora en ciencias técnicas y sociales, ocupó varios cargos dentro del Comité Central del Partido Comunista de la extinta Unión Soviética y se ha destacado como defensora de la causa feminista. Actualmente, a sus 63 años de edad, divorciada y alejada de la actividad espacial, esta mujer —cuya misión demostró que la mente y el cuerpo femeninos se adaptan de la misma manera que los del hombre en condiciones espaciales— se dedica a la política.

Claves sobre la formación del Sistema Solar en un meteorito

Un meteorito que cayó en el lago Tagish, en Canadá, el pasado mes de enero, podría ser el más antiguo material del Sistema Solar que se haya estudiado, de acuerdo con los resultados de una investigación dada a conocer recientemente en la revista Nature.

El meteorito, de dos toneladas, tenía el tamaño de un automóvil y al pasar por la atmósfera terrestre se rompió en cientos de fragmentos que cayeron en la superficie helada del lago; poco después se recuperaron algunos, pero para tener acceso a un número mayor hubo que esperar la llegada de la primavera, pues en la zona hay intensas nevadas durante el invierno. Los investigadores cuentan ahora con 500 pedazos, el mayor de los cuales tiene el tamaño de una papa; el resto se hundió en el lago.

En su momento, el hallazgo del meteorito tuvo una fuerte repercusión, no sólo por la abundancia de muestras del mismo sino porque pertenece a una clase rara, la de las condritas carbonosas; éstas representan apenas el 3% de los meteoritos que se han recuperado y contienen compuestos orgánicos. El reporte publicado en Nature por un grupo de científicos de diversas instituciones, encabezado por Peter G. Brown, de la Universidad de Ontario, Canadá, señala que, además, el objeto es más antiguo de lo que se pensaba.

Los investigadores hicieron un análisis de la composición mineral y de los isótopos de oxígeno y carbono de las muestras del meteorito, y encontraron que parte del carbono que hay en ellas está presente en forma de “nanodiamantes”, diminutas partículas de polvo interestelar que se integraron a la nebulosa que dio origen al Sistema Solar. El meteorito podría contener más partículas de este tipo de las que se han encontrado en otros de los estudiados hasta la fecha. Se espera que su análisis resulte muy valioso en la reconstrucción de las condiciones que prevalecían en dicha nebulosa, en particular el tipo de elementos que había en ella y su abundancia. Este conocimiento, a su vez, podría aportar información nueva acerca del origen de los compuestos orgánicos en la Tierra, los cuales son la base de la vida.

El Premio Reina Sofía a investigadores mexicanos

La Unidad de Genética de la Nutrición (UGN), adscrita al Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM y al Instituto Nacional de Pediatría de la Secretaría de Salud, fue reconocida con el Premio Reina Sofía 2000 de Investigación sobre la Prevención de las Deficiencias, que otorga la Corona española. El trabajo de la Unidad, que encabeza el Dr. Antonio Velázquez, ha beneficiado a cientos de niños a quienes se les detectó oportunamente un trastorno genético, el hipotiroidismo congénito, que si no es atendido poco después del nacimiento produce retraso mental severo, progresivo e irreversible.

La detección se realiza a través de una sencilla prueba denominada tamiz neonatal, en la que se analizan unas cuantas gotas de sangre del cordón umbilical o del talón del recién nacido. El tamiz revela alteraciones del metabolismo que impiden la correcta degradación de los alimentos y la construcción de materiales necesarios para el funcionamiento del organismo. La práctica del tamiz neonatal en nuestro país fue implementada por el Dr. Velázquez, quien actualmente participa en la creación de un centro de medicina genómica.

En la UGN, donde laboran casi 50 científicos, se estudian cerca de 500 enfermedades metabólicas hereditarias. Ahí se han descubierto trastornos en el metabolismo de niños con desnutrición y se han desarrollado nuevos métodos para su diagnóstico y control.

El Premio Reina Sofía se entrega cada dos años a un grupo de investigación español y otro de Iberoamérica. Esta es la segunda ocasión en que México lo recibe; en la primera se reconoció el trabajo del doctor Joaquín Cravioto, pionero en el estudio de la desnutrición.

Los últimos premios Nobel del siglo y del milenio

Rolando Ísita

Los premios Nobel versión 2000, los últimos del siglo y del milenio, son un reconocimiento, a toro pasado, pero muy significativos por representar no sólo una revolución científica sino de la sociedad y el pensamiento.

Física

La Real Academia Sueca de Ciencias (RASC) decidió otorgar la mundialmente famosa presea de física en dos partes, una mitad conjunta para el ruso Zhores I. Alferov, del Instituto Físico-Técnico A.F. Ioffe de San Petesburgo (antes Leningrado) y al estadounidense Herbert Kroemer, de la Universidad de California, por el desarrollo de heteroes°©tructuras semicon°©ductoras usadas en alta velocidad y optoelectrónica. La otra mitad del premio de física es para el estadounidense Jack S. Kilby, de la compañía Texas Instruments, por su participación en el invento de los circuitos integrados. Por lo menos desde la segunda Guerra Mundial era prácticamente imposible que se otorgara el Nobel a miembros del otro lado de la cortina de hierro, en aras de la fidelidad al mundo democrático occidental. La regla no escrita parece haber caído junto con el “muro de la ignominia”, !bien por el ruso y el patrimonio universal!

Las llamadas nuevas tecnologías de la información, que comprenden la computación electrónica y las telecomunicaciones, en unas cuantas décadas cambiaron a la sociedad mundial vertiginosamente. Atrás de estos desarrollos subyace el aporte fundamental de la investigación básica e inventos de la física. El rápido desarrollo de la tecnología en computación electrónica realmente comenzó con la invención de los circuitos integrados en los años 60 y el microprocesador en los 70, a los que no son ajenos los galardonados. El incremento en el número de componentes de un chip se duplicó cada ocho meses comenzando en los 60, ahora hay chips con millones de componentes separados a precios increíblemente bajos. Al igual que el chip, las tecnologías en telecomunicación tuvieron un desarrollo dinámico y poderoso en pocos lustros. Los circuitos integrados han sido materia prima para la computación electrónica, así como los transistores y láseres semiconductores basados en heteroestructuras de semiconductores, los que desempeñaron un papel decisivo en las telecomunicaciones globales.

Química

Hemos estado acostumbrados a pensar en los plásticos en oposición a los metales. Los plásticos (polímeros) son aislantes y no conducen electricidad, por ello los cables eléctricos vienen forrados de hule para protegernos de los “toques”... ¡eso se acabó! Yet Alan J. Heeger, de la Universidad de California, en Santa Bárbara, Alan G. MacDiarmid, de la Universidad de Pensilvania, y Hideki Shirakawa, de la Universidad de Tsukuba, Japón, han puesto punto final a esta manera de pensar y transportar la electricidad con su revolucionario descubrimiento del poliacetileno, polímero que mediante cierto tratamiento químico puede ser casi tan conductor de electricidad como el metal. Por tal motivo la RASC decidió otorgar el galardón a los tres científicos que revolucionaron el desarrollo de polímeros eléctricamente conductores, descubrimiento que tendrá evidentemente consecuencias prácticas y reafirmará la interdisciplinariedad entre la química y la física.

Fisiología o medicina

Los pacientes que padecen el mal de Parkinson, psicóticos, esquizofrénicos y depresivos han visto mejorada su calidad de vida gracias al desarrollo de medicamentos que si bien no curan sus enfermedades, disminuyen sus efectos o detienen su progreso. Atrás del desarrollo de tales fármacos están las investigaciones que sobre las señales de transducción en el sistema nervioso elaboraron Arvid Carlsson, Paul Greengard y Eric Kandel desde finales de la década de los años 50 hasta los 90, razón por la que la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Noruega decidió otorgarles la máxima presea en Fisiología o Medicina.

Arvid Carlsson, del Departamento de Farmacología de la Universidad de Gothenburg, descubrió la dopamina, un neurotransmisor importante para el control de nuestros movimientos. Paul Greengard, del Laboratorio de Ciencia Molecular y Celular de la Universidad Rockefeller de Nueva York, descubrió cómo la dopamina y otros neurotransmisores ejercen su acción sobre el sistema nervioso. Y Eric Kandel, del Centro para Neurobiología y Conducta de la Universidad de Columbia, descubrió cómo puede cambiarse la eficiencia del punto de contacto entre células nerviosas (sinapsis) y cuáles mecanismos moleculares toman parte en esta eficiencia, su modificación y su relación con la memoria. Como puede apreciarse, se trata también de un reconocimiento tardío ¿Cuándo se hará con Lise Meitner, descubridora de la fisión nuclear, aunque sea a toro pasado?

Ciencias económicas

En la economía neoliberal, globalifílica, sigue la mata dando, aunque ahora ya se atiende lo micro. James J. Heckman, de la Universidad de Chicago y Daniel L. McFadden, de la Universidad de California, en Berkeley, se ocuparon de desarrollar dentro de la microeconometría una teoría y métodos útiles en el análisis estadístico de conductas económicas de individuos, hogares y grandes grupos, y que benefician también a otras ciencias sociales.

Literatura

La literatura tuvo en el escritor chino (refugiado en Francia) Gao Xingjian los laureles del Nobel. Según el criterio de la Academia Sueca, su obra novelística es de validez universal, perspicacia amarga e ingenuidad lingü.stica; él mismo se siente influido por Artaud, Brecht y Kantor.

Paz

El premio para la paz puede parecer tan controvertido como aquél que otorgaron en su momento a Henry Kissinger y a Le Duc To, cuyos países tuvieron que hacerse una feroz guerra en Vietnam. El Nobel de la Paz 2000 fue para el actual presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung, por sus esfuerzos por la democracia y los derechos humanos en su país así como por fomentar la reconciliación con Corea del Norte, resabio de la guerra fría.

Hongos en la playa

Los hongos constituyen uno de esos raros grupos de organismos que se pueden encontrar en casi cualquier hábitat. De las 69,000 especies de hongos descritas hasta la fecha, 68,418 son terrestres, 321 son marinas y 261 son de agua dulce. De las marinas, 27 son arenícolas, esto es, son hongos microscópicos que se han adaptado a vivir sobre los granos de arena de las playas. En este ambiente, los hongos arenícolas desempeñan un importante papel como descomponedores de desechos orgánicos, contribuyendo a la remineralización y el reciclaje de nutrimentos, y sirven como indicadores de perturbaciones ambientales.

El grupo de los hongos (Reino Fungi) además de tener gran importancia ecológica, es muy útil para el ser humano en la producción comercial de antibióticos, vitaminas, colorantes, conservadores y saborizantes de alimentos, pesticidas, herbicidas y gasolinas. Algunos estudios han demostrado que ciertas especies de hongos marinos arenícolas son capaces de degradar compuestos derivados del petróleo y que de otras se han obtenido ácidos grasos que seguramente sirven de alimento a ciertos animales que se alimentan de los detritus de la playa.

El metro cumple 200 años

Pocos de nosotros podríamos imaginarnos una vida en la que la medición de terrenos, estructuras e incluso un simple trozo de tela no estuviera regida por una medida que ahora nos resulta muy familiar: el metro. Pero no siempre fue así, durante mucho tiempo las medidas de longitud se hallaban estrechamente ligadas a las dimensiones del cuerpo humano; entre las más usuales estaban el “codo”, la longitud del antebrazo de un hombre desde el codo hasta la punta de los dedos, y el “palmo”, distancia entre la punta del dedo meñique y la punta del pulgar con la mano totalmente extendida. El pie se utilizaba también para distancias cortas y cuando se trataba de medir longitudes grandes se empleaba el estadio griego, equivalente a 600 pies.

Desde luego, tales unidades de medida no eran muy precisas y se prestaban a no pocas confusiones. Entre los primeros intentos por establecer una medida estándar de longitud destaca el del teólogo francés Gabriel Mouton, quien propuso en 1670 el empleo de un minuto de arco meridiano como unidad natural de longitud, e incluso sugirió que dicha medida llevase por nombre mille. Su propuesta no tuvo un eco inmediato, hasta 1792, año en que se formó una comisión dependiente de la Academia Francesa de las Ciencias, en la que se decidió establecer como unidad fundamental de longitud la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano que pasa por París; a esta unidad se le llamó “metro” (m).

Durante casi 8 años se realizaron mediciones prácticas del meridiano y en 1799 se depositó en el archivo estatal de París una barra de platino iridiado de un metro de longitud, así como una masa normalizada, también de platino iridiado, de 1 kilogramo de peso. El 29 de noviembre de 1800 se estableció oficialmente en Francia el metro como medida de longitud y se ratificó su definición original.

En 1875, con el objeto de garantizar la uniformidad y equivalencia de las mediciones, 17 países suscribieron el Tratado de la Convención del Metro, en el que se adoptó el Sistema Internacional de Unidades. Poco a poco, otras naciones fueron sumándose al Tratado y México lo hizo en diciembre de 1890.

Pero el metro fue objeto de varias polémicas, principalmente por el parámetro que se empleó para definirlo, cuya precisión no estaba fuera de toda duda. La controversia fue resuelta hasta 1983, durante la 17ª Conferencia General de Pesas y Medidas, cuando se estableció que el metro se define como la longitud de la trayectoria recorrida por la luz en el vacío en un lapso de 1/299 792 458 segundos.

Libia E. Barajas Mariscal

El ambiente arenícola marino es uno de los menos explorados en el planeta y este recurso potencial requiere atención. En nuestro país se han encontrado, hasta ahora, nueve de las 27 especies registradas en el mundo, en cinco de los 17 estados costeros. En su identificación participaron los investigadores María del Carmen González y Teófilo Herrera, del Laboratorio de Micología del Instituto de Biología de la UNAM, quienes han destacado la necesidad de continuar y ampliar las investigaciones sobre la diversidad, la ecología y los posibles usos de esos raros especímenes.

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