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Mi granito de arena
Astrid Villemain
Shutterstock
“Querido planeta: queremos decirte que te amamos muchísimo pero también pedirte perdón por el daño que te hemos hecho”. Ese podría ser el mensaje principal de la serie Nuestro planeta, realizada por Alastair Fothergrill, considerado el “Spielberg del cine del reino animal”. La tan esperada serie de una plataforma comercial, transmitida el pasado mes de abril, fue cofinanciada por el World Wildlife Fund, una de las organizaciones no gubernamentales más importantes para la protección del medio ambiente, lo que permitió utilizar muchos recursos en su realización.
En la versión en inglés, el reconocido naturalista David Attenborough prestó su entusiasta y autorizada voz para hacer un balance de la situación de nuestro planeta, tomándose el tiempo para destacar su belleza y fragilidad.
Esta serie debe su éxito a los excelentes guiones, a imágenes reales de gran belleza, a su banda sonora y a la ausencia de un tono moralizador, aunque sí queda patente un grito de alarma para preservar nuestra diversidad.
Sin mostrar a ningún ser humano, cada episodio nos cautiva. El primero de la serie es una amplia introducción y los siguientes se concentran en distintas regiones del globo: desde aquellas que nos parecen familiares y cercanas hasta las más sorprendentes y lejanas.
Gracias a su excelente estructura y su alta calidad, este documental nos hace reflexionar sobre la belleza y diversidad que estamos perdiendo y, lo más importante, nuestro impacto personal y social en el planeta para que reconozcamos la responsabilidad que nos toca. Este texto es sólo parte de mi pequeño granito de arena; espero no sea demasiado tarde…
Recibe un abrazo global muy apretado.
Astrid Villemain
Estudiante Maestría en ciencias de la comunicación
FCPyS-UNAM