20 de abril de 2024 20 / 04 / 2024

¿Quién es? 286

Ana Elena Escalante Hernández

Anayansin Inzunza

Foto: Arturo Orta

Investigación, vinculación y comunicación desde el Instituto de Ecología de la UNAM.

Ana Elena Escalante Hernández es la primera mujer en dirigir el Instituto de Ecología de la UNAM, lo que para ella conlleva una gran responsabilidad, honor y privilegio. Su rostro irradia felicidad al recordar el día que tomó posesión del cargo: “Estaba muy emocionada porque mi nombramiento tiene una gran carga simbólica, pues soy una mujer relativamente joven en este Instituto tan pujante y lleno de personalidades”. En el Plan de Desarrollo de Ana Elena se lee: “El Instituto de Ecología realiza investigación de alta calidad, forma investigadores y profesionistas en ecología, participa en la divulgación del conocimiento científico sobre temas ecológicos y promueve la vinculación entre el conocimiento científico y la solución de problemas ambientales de México y del mundo”. Además de lo anterior, se propuso fortalecer la administración e infraestructura, la igualdad de género y el respeto a la diversidad.

Egresada de la licenciatura en biología y del Programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas de la UNAM, realizó una estancia posdoctoral en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, es integrante del Sistema Nacional de Investigadores y desde 2012 investigadora del Instituto que ahora dirige.

¿Qué representa romper un paradigma de género del Instituto de Ecología?

Muchas cosas. Lo conozco desde hace años porque aquí me formé, fui jefa del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (Lancis) y soy investigadora. Como directora quiero lograr que el Instituto tenga un papel activo en la ciencia nacional y que ese conocimiento contribuya a mejorarlo. En el Lancis contamos con certificación para capacitar y apoyar proyectos en materia de sostenibilidad de alta calidad. En la página de internet y en redes sociales como YouTube, Facebook, Twitter e Instagram, así como en la revista Oikos= y el programa de radio Habitare divulgamos nuestras investigaciones, publicaciones y opiniones sobre la agenda ambiental. El eje transversal de mi gestión es la colaboración, vinculación y comunicación dentro y fuera del Instituto.

¿Es esencial que haya más mujeres en cargos públicos?

En mi gestión como directora le he dado mucha importancia a la igualdad de género. La presencia de las mujeres es importante porque históricamente se nos han impuesto distintas conductas. Como parte de una iniciativa de la UNAM se integró la Comisión Interna para la Igualdad de Género, con la que buscamos transformar la cultura del Instituto con respecto al género y la diversidad mediante la identificación y visibilización de conductas y actitudes discriminatorias. La doctora Laura Espinosa, académica del Instituto, está pendiente de todas esas temáticas.

¿Cómo descubrió el gusto por la ciencia?

En la secundaria quería entender cómo funcionaban las cosas en general y, en la preparatoria, por las clases de matemáticas, química y biología. En algún momento consideré estudiar medicina pero finalmente opté por la biología… tenía 17 años.

La biología es muy amplia. ¿Cuál es su área?

Estoy centrada en estudiar cómo impacta la diversidad biológica en el funcionamiento de los ecosistemas; estudio distintos sistemas biológicos o ecosistemas que tienen que ver con microorganismos o microbiomas. Analizo los microbiomas de sistemas que van desde biorreactores (donde se cultivan microorganismos en condiciones controladas) hasta los del suelo, que les permiten crecer y aprovechar sus nutrientes. Recientemente investigo los microorganismos que habitan en la boca y cómo se relacionan con enfermedades de las encías. Eso me ha llevado a involucrarme en proyectos sobre la sustentabilidad del planeta, la resiliencia de los ecosistemas y la prevención y atención de pandemias, que involucra también microorganismos, análisis de riesgo y políticas públicas.

¿Cuáles son los principales resultados de sus investigaciones?

Las conclusiones a las que hemos llegado indican que para entender el funcionamiento de las comunidades de microorganismos y su impacto en el planeta, la salud humana, la producción de bioenergéticos y de alimentos, tenemos que estudiar los conjuntos de especies que interactúan entre sí y las redes que forman. Debemos enfocarnos en esas interacciones, pues al estudiar microbios de manera aislada no alcanzamos a entender la relación entre la diversidad (o microbiomas) y su impacto en el funcionamiento de los ecosistemas.

¿Por qué estudiar microorganismos en diferentes ecosistemas?

Al estudiar distintos sistemas podemos contestar varios aspectos de la misma pregunta. Estudiar los microorganismos del suelo es complicado porque la diversidad es inmensa, son millones de especies en un gramo de suelo; en cambio si estudiamos pequeñas capas del suelo, llamadas biocostras, podemos enfocarnos en funciones específicas de esas comunidades. Sabemos que son las principales responsables de la entrada de nitrógeno y carbono en los desiertos, fundamentalmente a través de las bacterias. Podemos hacer experimentos más concretos al aislarlas en cajas de petri en el laboratorio.

¿Y el proyecto de pandemias?

Los últimos dos años nos han dejado importantes lecciones respecto a nuestra capacidad para enfrentar retos como la pandemia de COVID-19. Este proyecto surge de una convocatoria con una agencia alemana de intercambio académico para fundar Centros de Capacitación y Reacción en dos temas centrales: la atención y prevención de pandemias y la atención y mitigación del cambio climático. Estamos en contacto con colegas de Alemania, Cuba, Centroamérica y diferentes instituciones de la UNAM para fomentar el intercambio académico entre estudiantes de posgrado y profesores de distintas áreas, formar cuadros profesionales de alto nivel y atender problemáticas inter y transdisciplinarias. En cinco años se analizarán los primeros resultados, ya que los patógenos emergentes serán cada vez más frecuentes. Con este proyecto queremos vincular el conocimiento científico sobre epidemias, pandemias, vacunas, tratamientos, monitoreo y la implementación de políticas públicas en favor de la humanidad y del planeta.

¿Hay que fortalecer el vínculo entre científicos y legisladores?

El conocimiento y la ciencia tienen impacto social; generar pensamiento crítico es una acción fundamental, que cambiará a la sociedad y al mundo. Debemos convencer a los tomadores de decisiones de fomentar el desarrollo científico y tecnológico y, para lograrlo, los científicos debemos trabajar con ellos.

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