¿Quién es? 296

Ilse Plauchu Frayn

Gloria Valek

Foto: Arturo Orta

La observación es una de las herramientas esenciales de la astronomía para entender y fotografiar el Universo

Ilse es astrónoma y trabaja como técnica académica en soporte observacional en el Observatorio Astronómico Nacional de la Sierra San Pedro Mártir (OAN-SPM) en Baja California. Estudió ciencias en la Universidad de Guanajuato, donde obtuvo el promedio más alto de su generación tanto en la licenciatura en física como en los posgrados en astrofísica, y fue reconocida con el Mérito Universitario en esa institución. A su corta edad tiene importantes logros y está llena de proyectos académicos. El observatorio se encuentra en el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir, en un paisaje de ensueño: cerca del mar y en medio de un bosque de coníferas. Aquí pasa diez días al mes con sus noches.

¿Cuándo comenzaste tu trayectoria académica en la UNAM?

Estudié la carrera y los posgrados en la Universidad de Guanajuato, y mi primer trabajo en el área fue de 2009 a 2010, como asistente técnico en el Centro de Ciencias Atmosféricas de la propia UdeG. Luego hice una estancia posdoctoral becada por el Conacyt en el Instituto de Andalucía, en Granada, España, y a mi regreso a México, en 2012, entré al OAN-SPM del Instituto de Astronomía de la UNAM como astrónoma residente; desde 2019 trabajo en el área de soporte observacional en este Observatorio.

Creciste en Querétaro

Nací en la Ciudad de México, pero después del terremoto de 1985 mi mamá se asustó tanto que nos mudamos a Querétaro. Ahí estudié la primaria, la secundaria y la preparatoria. Todo comenzó en la prepa, cuando un profesor de trigonometría me invitó a formar parte de un club de matemáticas y me fui metiendo cada vez más a ese mundo; incluso llegué a ganar el tercer lugar en las olimpiadas estatales.

¿Qué te llevó a la astronomía, a la astrofísica?

Tenía que escoger área y no podía decidir si mi vocación era la veterinaria, la psicología o la ingeniería en sistemas. En eso mi mamá me regaló un libro que cambió mi vida y me llevó a otro mundo: Cosmos, de Carl Sagan, que despertó mi fascinación por el cielo y las estrellas. Al saber que el autor era astrónomo, y tras leer otros de sus libros, me fui enamorando de la astronomía. En la prepa cursé materias optativas de cálculo y empecé a averiguar dónde podía estudiar física, pues en Querétaro no existía esa carrera. Lo más cercano era la UNAM en la Ciudad de México o el estado vecino de Guanajuato. Como entonces la UNAM estaba en huelga, me fui a León, al Departamento de Física de la UdeG, donde estudié primero esa carrera y luego me especialicé en astronomía en la capital del estado. En el Departamento de Física entré a un mundo de posibilidades: óptica, partículas, gravitación, física médica, física teórica, física aplicada y otras, aunque yo tenía el ojo puesto en la astrofísica.

¿Cómo llegaste al Observatorio?

Casi al final de la carrera un profesor de física moderna me habló del Observatorio en San Pedro Mártir. Fui a conocerlo y todo me resultó sorprendente: sus instalaciones y labores me parecieron de otro mundo. Esto fue en el 2001, hace más de 22 años. Tiempo después, ya preparada, regresé a trabajar ahí y aquí sigo…

No sabía que existía un lugar tan bonito: llegué de día, nunca había pisado un bosque, no había visto pinos tan grandes y un cielo tan brillante, tan azul, sin smog. Durante siete noches observamos el cielo en los telescopios y fue alucinante: pude ver muchas estrellas, planetas y la Luna. Esas noches todo me pareció bellísimo; sentía que podía alcanzar las estrellas y que se me iban a caer encima. Pensé “Yo quiero trabajar aquí… algún día.” Ahora trabajo en la ciudad de Ensenada, al nivel del mar, pero en el camino hacia la sierra, a cierta altura, cambia el paisaje: empieza a haber pinos y el trayecto para ir a los telescopios es espectacular, pues cruzas zonas áridas, el desierto y finalmente llegas al Observatorio, dentro de una reserva natural.

Dijiste “de aquí soy”, pero seguiste preparándote

Sí, regresé a León, acabé la carrera y escribí mi tesis sobre el hidrógeno atómico en cúmulos de galaxias. Hice los exámenes para entrar a la maestría y mi asesor me explicó que puesto que iba a necesitar datos y observaciones de galaxias debía acudir a un telescopio, ¡al de San Pedro Mártir! Hicimos la propuesta, solicitamos el tiempo en el Observatorio y volví: la primera vez mi asesor me mostró el procedimiento y me enseñó a observar; después, durante la maestría, fui yo sola cuatro veces y muchas más durante el doctorado.

¿Cuáles son tus labores como técnico de soporte observacional?

Los astrónomos que vienen a realizar sus observaciones tienen proyectos de investigación sobre los objetos celestes y los fenómenos del Universo. Mis labores, igual de interesantes, son más terrestres: me ocupo de desarrollar, mantener y actualizar el sitio web del OAN-SPM, dejar listos los instrumentos de la temporada de observación en turno y dar soporte técnico y ayudar a los usuarios a usar los telescopios e instrumentos que necesitan. Por ejemplo, los asesoro para enfocarlos, centrar el objeto celeste en la imagen, usar las diferentes interfaces, obtener datos, orientarlos y calibrarlos, entre otros aspectos.

¿Y los instrumentos que usas en tus labores?

Los más usados son los espectrógrafos, las cámaras de imagen directa y los polarímetros. También instalamos filtros fotométricos, rejillas y rendijas de difracción. Mi labor es interesante porque también me dedico a caracterizar los dispositivos de carga acoplada (CCDs), sensores que emplean una tecnología utilizada en imágenes digitales del OAN-SPM, y a desarrollar los manuales y la documentación técnica. Esto significa que escribo procedimientos para el uso de estos instrumentos y reportes técnicos útiles para los usuarios, y calibro sensores, por ejemplo, el sensor del brillo del cielo.

¿Monitoreas también telescopios robóticos?

Sí, por ejemplo RATIR, BOOTES-5, COATLI, DDOTI y SAINT-EX, telescopios robóticos que pueden controlarse remotamente fuera del Observatorio. Estos telescopios reciben alertas —enviadas desde satélites en el espacio— con las coordenadas de un objeto de interés, apuntan a esa región del cielo y la observan, para después analizarla. También llevo a cabo la limpieza de los espejos de los teles copios del OAN-SPM y asisto a las reuniones semanales del equipo técnico de mantenimiento del Observatorio.

¿Participas en la programación de la observación?

Sí. Por ejemplo, si un astrónomo de la UNAM solicita tiempo de observación con el telescopio BOOTES-5, que tiene como prioridad la observación de objetos llamados GRBs (gamma ray bursts, explosiones de rayos gamma) y que es un proyecto internacional con tiempo de observación asignado a la UNAM, yo me encargo durante el día de programar el robot para que realice ciertas observaciones esa misma noche. Debo indicarle al robot la posición en el cielo a la que debe apuntar, los filtros que debe usar y los tiempos de exposición en cada filtro. Al día siguiente reviso que haya hecho las observaciones que programé, las descargo y se las envío al astrónomo de la UNAM que las solicitó… ¡Un trabajo en equipo!

¿Cuáles son tus proyectos futuros?

Seguir en la UNAM y en el Observatorio. Es muy interesante, pues varios países tienen el presupuesto, pero muy pocos tienen el cielo… En México tenemos uno de los cinco mejores cielos del mundo para hacer astronomía observacional profesional y debemos aprovechar más eso. También me interesa hacer mediciones de variables como el brillo del cielo y monitorear la contaminación lumínica, con el fin de preservar el cielo oscuro del Observatorio y concientizar sobre su importancia. Aunque soy introvertida, no estaría aquí si no fuera por un libro de divulgación, así que me gustaría trabajar más en eso, pues disfruto mucho ver la sorpresa de la gente cuando les mostramos, a través de un telescopio, los fenómenos celestes, las estrellas, los planetas, la Luna.

¿Qué le dirías a los jóvenes que desean dedicarse a la ciencia?

Que busquen profesores que enseñen con entusiasmo, que hablen con investigadores sobre sus experiencias y posibilidades de trabajo y que hay muchas becas; sólo hay que buscarlas. Yo soy ejemplo de que se puede hacer toda una carrera en ciencia en instituciones públicas. Que se sientan orgullosos de trabajar en nuestro país.