27 de octubre de 2025 27 / 10 / 2025

Ráfagas 323

Ráfagas

María Luisa Santillán

Ilustración: revista ¿Cómo ves?

El deshielo de los glaciares impacta la actividad volcánica

El deshielo de los glaciares podría desencadenar un aumento en la frecuencia y la intensidad de las erupciones volcánicas, sugiere una investigación coordinada por la Universidad de Wisconsin-Madison en Estados Unidos. Este trabajo destaca que el cambio climático podría estar preparando el escenario para una mayor actividad volcánica en regiones glaciares como la Antártida, donde cientos de volcanes subglaciales inactivos podrían activarse debido al retroceso del hielo.

Para esta investigación se analizaron seis volcanes en los Andes chilenos, y con métodos como la datación por argón y el análisis de cristales se estudió cómo la expansión y el retroceso de la capa de hielo de la Patagonia afectó la actividad volcánica en el pasado. Entre los principales hallazgos destacan que la gruesa capa de hielo durante la última glaciación tuvo un efecto doble: redujo la frecuencia de las erupciones volcánicas y permitió la acumulación de magma rico en sílice debajo de la superficie. Cuando esta capa se derritió rápidamente a finales de la última glaciación se produjeron erupciones volcánicas intensas debido a la ausencia de presión y la expansión de los gases en el magma.

El aumento de la actividad volcánica podría tener impactos climáticos globales. Esta investigación, presentada durante la Conferencia Goldschmidt en Praga, la conferencia sobre geoquímica más importante del mundo, destacó la relevancia de monitorear la actividad volcánica en regiones cubiertas por glaciares.

El deshielo de los glaciares impacta la actividad volcánicaVista aérea del volcán subglacial Lautaro en la Patagonia. Christian Peters/Shutterstock

Los elefantes hacen gestos para pedir cosas

Cuando una persona quiere algo no siempre lo pide con palabras: también puede usar ciertos gestos para pedirle a otra que, por ejemplo, le pase un lápiz o le abra la puerta. Esto se conoce como intencionalidad dirigida a objetivos, y para lograrla es necesario que se cumplan tres criterios: que alguien la observe, que el sujeto sea persistente al señalar lo que quiere hasta alcanzar su objetivo y que elabore nuevas estrategias de comunicación si fracasa en el primer intento. Hoy sabemos que no es una capacidad meramente humana, pues la muestran también ciertos primates.

Un estudio dirigido por el Departamento de Biología Conductual y Cognitiva de la Universidad de Viena sugiere que los elefantes también podrían usar gestos para comunicar sus intenciones. Los investigadores trabajaron con 17 elefantes africanos que viven en condiciones de semicautiverio en Zimbabue, a los que les presentaron un objeto apetecible (una bandeja con seis manzanas) y uno no apetecible (una bandeja vacía). Evaluaron las reacciones de los animales en tres situaciones: cuando obtenían lo que querían (todas las manzanas), cuando no lo conseguían o cuando lo obtenían parcialmente (sólo una manzana). Los investigadores registraron 38 gestos distintos que los elefantes realizaban sólo cuando se encontraba presente un experimentador que los observaba atentamente. Esta investigación, publicada en Royal Society Open Science, sugiere que los elefantes semicautivos también muestran intencionalidad dirigida a objetivos y que estos paquidermos, al igual que los simios, evalúan la eficacia comunicativa de sus gestos.

Los elefantes hacen gestos para pedir cosasShutterstock

Los primates no son tan patriarcales

Por mucho tiempo se dio por sentado que entre los primates los machos dominaban socialmente a las hembras, pero una investigación reciente cuestiona esta noción y plantea que la dinámica es más compleja de lo que pensábamos: no existe el dominio claro de un sexo sobre el otro. Investigadores de la Universidad de Montpellier, el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig y el Centro Alemán de Primates en Gotinga recopilaron observaciones detalladas de agresión entre machos y hembras en 253 poblaciones de 121 especies de primates. Entre sus resultados se encuentran que los machos ganan 90 % de las disputas sólo en 25 de estas poblaciones y las hembras dominan en 16. En el resto la diferencia entre sexos es nula o moderada.

Las investigaciones anteriores estudiaban sólo las peleas entre primates que se daban en individuos del mismo sexo, pero esta recopilación ha mostrado que los altercados entre machos y hembras son más comunes de lo que se pensaba, pues representan casi la mitad de los conflictos. Este estudio plantea que las hembras tienden a ejercer más poder en las especies monógamas, en las que su tamaño es similar al de los machos, y sobre todo en las que se alimentan en árboles, situaciones que les permiten decidir con quién aparearse. La dominación masculina tiende a ocurrir en especies terrestres, en las que los machos son más grandes y se aparean con múltiples hembras.

Estos hallazgos, publicados en la revista pnas, cuestionan los orígenes de los roles de género en el humano, pues las ideas que sugieren que el patriarcado tiene sus raíces en la evolución de los primates serían incorrectas. Un comunicado del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva invita a considerar las relaciones de género dentro de los contextos sociales, culturales y ecológicos de cada especie.

Los primates no son tan patriarcalesAri Wid/Shutterstock

Fábrica de grasa neandertal

En el yacimiento arqueológico de Neumark-Nord 2, en el centro de Alemania, se encontró evidencia de que hace 125 mil años los neandertales extraían grasa de huesos de animales. Es la evidencia más antigua sobre esta técnica, que se creía originaria del Paleolítico Superior, una época más reciente, en la que el Homo sapiens ya era la especie predominante. En el yacimiento, que el estudio llama una “fábrica de grasa”, se hallaron miles de fragmentos de huesos triturados de al menos 172 grandes mamíferos (como caballos, ciervos y uros). Los investigadores sugieren que los neandertales seleccionaron cuidadosamente este lugar, ubicado cerca de un lago, para procesar los huesos, los cuales rompían y calentaban en agua para extraer la grasa rica en calorías.

El estudio, dirigido por arqueólogos del Centro Monrepos, en Alemania, y la Universidad de Leiden en Países Bajos, fue publicado en la revista Science Advances y enfatiza que los neandertales entendían el valor nutricional de la grasa, un recurso vital para los cazadores recolectores. Destaca que consumir demasiada proteína y poca grasa puede ser letal y conduce a lo que se conoce como “inanición del conejo” o intoxicación proteica. Por ello, obtener grasa era esencial para garantizar la supervivencia, sobre todo en periodos de escasez de carbohidratos, como el invierno y la primavera. Los hallazgos de Neumark-Nord 2 proporcionan una nueva visión de la vida de los neandertales, y revelan que eran capaces de planear con anticipación, procesar alimentos de manera eficiente y aprovechar su entorno estratégicamente.

Fábrica de grasa neandertalFragmento de hueso de Eqqus sp. con huellas de golpes con percutor. Fuente: L. Kindler, S. Gaudzinski-Windheuser, F. Scherjon et al., "Large-scale processing of within-bone nutrients by Neanderthals, 125 000 years ago", Science Advances, vol. 11, núm. 27, 2025.

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