4 de noviembre de 2025 4 / 11 / 2025

Soy 324

José Antonio Ocampo Cervantes

José Antonio Ocampo Cervantes

Fotos de Ernesto Navarrete y cortesía del autor

Nací en Cocoyoc, Morelos, en la década de 1970. Por entonces aún era un pueblo bonito con muchos apantles; se veía verde hacia donde voltearas. Mis padres fueron profesores de primaria; de ellos viene mi vocación por enseñar.

Cuando salí de la prepa quería estudiar gastronomía, pero en la tele vi el anuncio de los Tecnológicos del Mar y me gustó la carrera de acuacultura. No sabía bien de qué iba, pero como se trataba de algo de peces hice el examen para entrar al Tecnológico del Mar número 1, en Boca del Río, Veracruz.

En la primaria leía con mis hermanos las historietas de la Familia Burrón. En la secundaria me gustaba leer la Enciclopedia Larousse y la Enciclopedia Time Life, y en la preparatoria me aficioné mucho a la revista Muy Interesante. Y mi papá me ponía a resolver los ejercicios de los libros de Baldor, pero lo único que me gustaba eran las ilustraciones.

En la licenciatura, la maestría y el doctorado mi tema fue la reproducción de peces de importancia comercial y consumo humano, como la cabrilla, los róbalos, el huachinango y las sardinas. Cuando llegué a la uam Xochimilco comencé a trabajar con peces de ornato con productores de Morelos y la Ciudad de México. Por entonces conocí a Mónica Paz, técnica en acuacultura, y gracias a ella comencé a involucrarme con especies invasoras (muchos peces de ornato entran en este grupo) y luego con el manejo de fauna.

Cuando inicié la maestría en el Centro Inter-disciplinario de Ciencias Marinas del ipn hubo investigadores que me sugirieron que me dedicara a otras cuestiones, porque soy ingeniero en acuacultura. Pensaban que no tenía la formación para dedicarme a la fisiología reproductiva en peces y que no tendría éxito en mi tesis. Pero claro que terminé la maestría. Al aplicar para el doctorado, también en el Centro, me rechazaron porque mi tema (una forma de reproducción en la que el espermatozoide es necesario para que el óvulo se desarrolle, pero el adn paterno no se incorpora en el embrión) apenas comenzaba a trabajarse con algunas especies de peces en Europa.

Cuando finalmente entré al doctorado (con otro tema de investigación) mi consejero fue el doctor José Luis Castro Aguirre, considerado el mejor ictiólogo de México.

En 2016 la doctora Patricia Alfaro Moctezuma, rectora de la uam Xochimilco, me eligió para coor-dinar el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (cibac) y tomar el proyecto de conservación del ajolote mexicano.

Hoy tenemos una colonia de ajolotes que nos permite mantener una producción controlada para conservar la especie. En este 2025 tenemos planeado liberar ejemplares de ajolotes de diferentes edades en el canal experimental del cibac para evaluar su respuesta al agua proveniente del canal de Cuemanco. Si nos va bien liberaremos otros en los lagos Huetzalin y Acitlalin en el Parque Ecológico de Xochimilco. Cuando esto suceda será una de mis mayores alegrías (una alegría pendiente).

Me decepciona ver lo poco que le importa a la gente la conservación de Xochimilco. En cierta medida todos somos cómplices de su deterioro: la gente que va los fines de semana a la fiesta en la trajinera y deja su basura, los que van a las canchas de futbol construidas sobre viejos canales, los que usan lanchas con motores fuera de borda que contaminan y remueven los sedimentos de los canales. No son conscientes de que están en un área natural protegida que da muchos servicios ecosistémicos a la Ciudad de México.

También lamento que la mercadotecnia nos haya puesto ajolotes rosas hasta en los calcetines. Y es cierto, hay ajolotes rosas, dorados, pintos y de otros tonos que son producto de la reproducción selectiva y se venden como animales de ornato. Pero el monstruo de agua original, el que vive en los canales, es de piel oscura, prietito. A mucha gente no le gusta los ajolotes negritos. En pláticas con niños de primaria les he presentado imágenes de ajolotes negros y rosas y al preguntarles cuáles les gusta más la respuesta siempre es el rosa, porque se ve más bonito. Se sorprenden cuando les digo que eso es una forma de discriminación porque todos los ajolotes descienden de ajolotes negros. Lo que debemos conservar es el fenotipo silvestre, conservar lo mejor que se pueda el acervo genético de los ajolotes silvestres. Es el patrimonio biológico que debemos preservar para las generaciones futuras.

Un día en mi vida inicia con mi entrenamiento de natación; trato de ir todos los días, de seis a ocho de la mañana. Tras el entrenamiento un buen desayuno y de ahí al trabajo, que puede ser de oficina o en campo, porque también llevo el proyecto de conservación del ajolote de arroyo de montaña. Luego del trabajo me gusta estar en casa y ver series. Soy fanático de los programas de la bbc, especialmente de las series de David Attenborough.

En el laboratorio se me puede ir el tiempo sin que me dé cuenta, sobre todo si estoy al microscopio, viendo muestras. La parte que no me gusta es lo administrativo: hacer oficios, trámites y ese tipo de cosas. A veces participo en competencias de natación. Estoy en un equipo máster y me gustan las competencias en aguas abiertas. Disfruto pasar tiempo en mi casa con mi perro Luca (me acompaña todos los días al trabajo) y cocinar.

Siempre me ha gustado estar cerca del mar. Cada que puedo voy a la playa; prefiero los lugares con poca gente. Me gusta comer prácticamente de todo, menos ostiones crudos. Soy feliz comiendo chilaquiles con pollo y queso cotija. Quisiera aprender más francés; me quedé en el segundo curso del nivel avanzado. Algo que nunca aprendí fue a andar en patineta. Algún día.

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