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Dudoso honor

Vianey Bautista

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Ya había escuchado que tenemos el dudoso honor de ser de los países con mayores índices de obesidad del planeta pero no me había tomado la molestia de averiguar por qué. Me sorprendió enterarme de que la obesidad no sólo se relaciona con comer mucho o mal balanceado, la falta de actividad física y el consumo abundante de alimentos calóricos, también se debe a desórdenes hormonales relacionados con el mal funcionamiento de la tiroides o con la producción de leptina, hormona que regula la saciedad.

El exceso de peso no sólo afecta nuestra apariencia y estado de ánimo, también nos daña porque el aumento de grasa corporal provoca que el organismo trabaje a marchas forzadas y lo va deteriorando, lo que nos hace más propensos a distintas enfermedades. La diabetes tipo II (con la que desafortunadamente estoy familiarizada) es uno de los padecimientos más comunes relacionados con la obesidad: resulta que al comer en exceso el páncreas produce más insulina para administrar mayores cantidades de glucosa, y se atrofia y ya no aporta la insulina suficiente para procesar el azúcar en la sangre. Otro problema es el aumento de lípidos (dislipidemia), que al depositarse en las arterias impiden el paso adecuado de la sangre afectando al corazón y al cerebro.

Encontré que además del seguimiento médico, algunos pasos sencillos para combatir la obesidad son: controlar las porciones, evitar las bebidas azucaradas, y comer despacio, alrededor de una mesa y en horarios predeterminados. Mejorar los hábitos es la clave para tener un peso adecuado y una vida sana, recomiendan los expertos.