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Terapia eléctrica

Miguel Vázquez Álvarez

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En el No. 128 de ¿Cómo ves? se publicó una colaboración mía titulada “Electrones salvavidas” en la que destacaba el papel de los electrones como responsables de restablecer la actividad eléctrica del corazón en situaciones de emergencia. Ahora quiero señalar la aplicación de la electricidad como medio terapéutico en medicina.

La técnica conocida como “terapia electroconvulsiva” es una alternativa de tratamiento psiquiátrico en casos de depresión grave y otros trastornos mentales en los que, por alguna razón, no se pueden usar medicamentos o éstos no funcionan. Consiste en hacer pasar una corriente eléctrica (un flujo de electrones) al sistema nervioso central por medio de electrodos conectados al cráneo. La corriente provoca una breve convulsión de la que el paciente se recupera en pocos minutos. El procedimiento se realiza bajo anestesia general y se repite aproximadamente tres veces por semana.

Aunque los neurocientíficos aún debaten si el mecanismo de acción se basa en cambios bioquímicos inducidos por la estimulación eléctrica, o bien en la restauración de la actividad eléctrica de base del cerebro, los pacientes muestran una impresionante mejoría a corto plazo.

Lejos de ser cruel o anacrónica, esta forma de tratamiento es un caso más en favor de los electrones salvavidas.