18 de abril de 2024 18 / 04 / 2024

¿Quién es? 252

Enrique Geffroy Aguilar

Anayansin Inzunza

Foto: Arturo Orta

De niño Enrique vivía a dos cuadras del mar, por lo que pasaba tiempo con su rústico anzuelo atrapando peces que luego su madre cocinaba; su éxito era tal que alcanzaba para los vecinos. “Los pescaba, los limpiaba y los entregaba a domicilio sin costo alguno. También buceaba, pero sin tanque de oxígeno, solamente con aletas, visor y snorkel y cazaba palomas, codornices y conejos” rememora el investigador del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM.

Enrique nació en San Juan de los Planes, Baja California, población de 100 habitantes en donde todos se conocían. Su padre se dedicaba a la minería y a la agricultura, y su madre “era una generala que cuidaba de sus cuatro hijos: ella ordenaba y el resto acatábamos, pero era una buena mujer”, explica sonriendo.

El físico, cuya línea de investigación es la reología y mecánica de materiales, cuenta que su deseo de estudiar física en la Facultad de Ciencias de la UNAM lo llevó a la Ciudad de México, un cambio abismal en su vida: “Me sorprendieron el ruido ensordecedor, tanta gente y autos en la calle y las grandes distancias, pues de pequeño atravesaba en bicicleta la ciudad de La Paz en 20 minutos. Hice buenos amigos en la UNAM y tuve excelentes maestros. Mi vida era la universidad; primero vivía solo pero después llegaron mis hermanos y mi madre para estar con nosotros hasta que todos terminamos nuestros estudios”.

La Facultad de Ciencias fue bondadosa con él ya que, dice, le brindó magníficos laboratorios para realizar experimentos. Se enamoró de la física gracias a algunos profesores de La Paz y de la UNAM como Héctor Riveros, tan buenos o incluso mejores que los de Estados Unidos. Viajó después a California para estudiar el doctorado en ingeniería química en Caltech y posteriormente trabajar en la Universidad de California en Santa Bárbara, donde tomó cursos avanzados con científicos de la talla del premio Nobel de química Rudolph A. Marcus.

La parte medular de su doctorado fue en cinética química, termodinámica y fenómenos del transporte. Durante el segundo verano, su asesor, el doctor L. Gary Leal, le pidió un proyecto de investigación sobre dinámica de polímeros bajo flujos fuertes para la Oficina Naval de Investigación de Estados Unidos, a la que tienen acceso sólo investigadores de prestigio. “A la marina le interesaba mejorar el desplazamiento de los submarinos como lo hacen los delfines. Mi propuesta fue aceptada con altas calificaciones”, dice orgulloso el doctor Geffroy.

Otro de sus temas de estudio son los fluidos complejos o líquidos viscoelásticos. Hasta finales del siglo XIX, se consideraba que las fases de la materia eran tres: sólida, líquida y gaseosa. Hoy sabemos que son más y que hay materiales que presentan simultáneamente propiedades típicas de sólidos (elasticidad) y de líquidos (viscosidad). De ahí que se les denomine viscoelásticos. Uno de estos materiales es la boligoma que, si se deja reposar, fluye como líquido, pero si se lanza contra el suelo, rebota como canica. El flujo de la boligoma es lento, mientras que el choque y rebote sucede en una fracción de segundo. Como estos fenómenos se dan con escalas de tiempo y duración distintas, se les denomina complejos y pueden tener diversas aplicaciones, explica el reconocido investigador.

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