29 de marzo de 2024 29 / 03 / 2024

¿Quién es? 83

Marisol Montellano Ballesteros

Norma Ávila Jiménez

Foto: Adrián Bodek

La magia del atardecer durante  el trabajo de campo

“La Luna y algunas estrellas comienzan a asomarse entre los rojizos y naranjas del cielo mientras se escuchan los ruidos de los animales; es un momento de relajación en el que me siento integrada a la naturaleza; es la hora de preparar la cena después del arduo trabajo de equipo, que muchas veces es recompensado con algún hallazgo”. Así son los atardeceres en el campo que tanto disfruta Marisol Montellano Ballesteros, investigadora del Instituto de Geología de la UNAM, quien actualmente trabaja en la bús­queda de fósiles de mamíferos del periodo Cretácico, esto es, de entre 70 y 180 millo­nes de años de antigüedad, en los desiertos de Chihuahua, Coahuila y Baja California.

Marisol, doctora por la Universidad de California, Berkeley, se interesó en los mamíferos que habitaban en épocas pasadas, cuando todavía estudiaba la li­cenciatura en biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM. La paleontología la atrapó para siempre y su tenacidad le ha brindado frutos: en el Cañón del Huizachal, en Tamaulipas —que es la localidad más antigua de vertebrados en México—, junto con el equipo dirigido por David Fastovsky y James Clark, descubrió restos de diferen­tes mamíferos, de un reptil volador y de cocodrilos, entre otras especies.

“Los mamíferos de esa época eran pe­queños; los más grandes tenían el tamaño de un perro chico, por lo que para estudiar los fósiles —restos de mandíbulas de cuatro o cinco milímetros, huesitos— en muchos casos he recurrido al microscopio”, asegura mientras me coloca en la mano restos de una mandíbula de lagartija de aproximada­mente cuatro centímetros, que encontraron hace poco en El Rosario, Baja California. Observar las hileras de filudos dientecitos de la mandíbula me traslada a la época en que esa lagartija cohabitó con mamíferos, con especies intermedias “entre éstos y los reptiles”, al lado de raptores, picos de pato y otros dinosaurios, en los estados del norte de la República, cuando éstos estaban cerca del mar o en la línea de costa.

En el norte de Chihuahua, zona que ha llamado la atención por los descubrimien­tos de fauna y flora cretácica, Marisol ha trabajado con sus colegas universitarios René Hernández y Gerardo Álvarez, y explica que los sedimentos con fósiles se llevan al Instituto de Geología para ser clasificados.

Además de lidiar con los restos meso­zoicos, la doctora Montellano publica artículos en revistas internacionales y nacionales, dirige tesis de licenciatura y posgrado, es mamá de Marisol (de 13 años) y esposa de Félix y, además, se da tiempo para ejercitarse. La práctica del deporte siempre la ha acompañado: fue basquet­bolista cuando estudiaba en la Facultad de Ciencias, y durante cinco años estuvo en un equipo de remo.

También disfruta de bordar “para calmar los momentos de histeria”, leer a Isabel Allende, la saga de Harry Potter y otras novelas. Asimismo, se ha dado tiempo para estudiar un diplomado en Acceso a la Información y un curso de apreciación musical: “Me gustan Tchaikovsky, Vivaldi, Pachelbel, el rock de los sesentas, el New Age y la música latinoamericana”.

Marisol Montellano escribió para ¿Cómo ves? el artículo “Dinosaurios con plumas”, publicado en el No. 79.

¿A dónde te gustaría ir...?

En el Universo. A Saturno, me fascinan sus anillos.

En el tiempo. A la época de los mamuts, de los ti­gres dientes de sable y los armadillos gigantes; o cuando existían los trilobites, o a la época en que los dinosaurios ya tenían plumas.

A cualquier lugar del mundo. A Egipto, a París, a ver el Sol de media noche, a Sudamérica.

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