29 de marzo de 2024 29 / 03 / 2024

Ráfagas 232

Ráfagas

Martha Duhne

Shutterstock

Australia en América

Investigadores de la Universidad Curtin, en Australia, descubrieron que unas formaciones rocosas de la región noreste de Australia presentan asombrosas similitudes con las que se encuentran en el norte de Canadá, lo que sugiere que estas regiones estuvieron unidas hace aproximadamente 1 700 millones de años.

Aunque parece lo contrario, la corteza terrestre está en movimiento constante. Los continentes se desplazan a razón de unos cuantos centímetros al año modificando el aspecto de la Tierra. Enormes extensiones que permanecieron juntas pueden separarse y alejarse para formar parte de otra masa de tierra.

El equipo de científicos determinó el origen común de las rocas de ambos continentes analizando rocas sedimentarias por geocronología, rama de la ciencia que se dedica a fechar zonas de la superficie terrestre, con el objetivo de reconstruir su historia geológica y paleontológica.

La investigación parece demostrar que las rocas de Georgetown, en Queensland, Australia, formaban parte de un mar poco profundo en el norte de América que a lo largo de cerca de 100 millones de años se separó de este continente y se deslizó hasta que chocó con la región del monte Isa, en el norte de Australia.

En sus movimientos los continentes se unen y se separan, formando supercontinentes que luego se fragmentan. Hace unos 1 600 millones de años todos los continentes estaban unidos en un supercontinente que los científicos llaman Nuna. Unos 300 millones de años después Nuna se fragmentó, las rocas de Georgetown se separaron y fueron a dar a Australia. Zheng-Xiang Li, coautor de la investigación, dijo que existe evidencia de que las cadenas de montañas de la región de Georgetown se originaron como resultado de este acontecimiento.

Esta investigación se dio a conocer en la revista Geology en enero de este año y es una evidencia más de los fenómenos que dan forma a los continentes.

Australia en AméricaRocas encontradas en Georgetown, Australia, que fueron depositadas en la costa de Norteamérica hace aproximadamente 1 700 millones de años.
Curtin University.

Hipertensión, obesidad y diabetes en México

Entre las enfermedades no transmisibles o enfermedades crónicas, la diabetes y la hipertensión son la primera causa de mortalidad en el mundo y cerca del 80 % se concentra en los países de ingresos bajos y medios, entre ellos México. Y dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a 35 países, México ocupa el primer lugar en prevalencia de diabetes y el segundo en obesidad.

Un grupo de médicos del Instituto de Salud Pública del estado de Morelos realizó un estudio con el objetivo de entender el número de casos de obesidad, diabetes e hipertensión entre la población adulta en zonas marginales de México. El estudio se llevó a cabo con participantes mayores de 18 años en cuatro estados del país. Se aplicó un cuestionario para conocer las características socioeconómicas de los participantes, así como si padecían alguna enfermedad crónica y tenían acceso a servicios médicos, y a qué factores de riesgo estaban expuestos. Un segundo cuestionario se aplicó al 20 % de los participantes, éste sobre su actividad física y el tipo y cantidad de alimentos que consumían.

Los resultados son alarmantes: 73 % de los participantes padecían hipertensión, diabetes o sobrepeso. La mayoría recibía atención médica del sistema de salud pública. Las personas de más de 40 años tenían 11 veces más probabilidades de padecer diabetes y 8.7 veces más de presentar hipertensión. Las dos condiciones afectan mayoritariamente a mujeres. Las personas que comen fuera de casa tienen más probabilidades de desarrollar diabetes y las que realizan algún tipo de actividad física son menos propensas a padecer hipertensión. Los resultados de este estudio se publicaron en la revista PLOS ONE a finales de enero. Una de las conclusiones es que desconocemos el porcentaje de personas que padecen estas enfermedades crónicas y no lo saben. El sistema de salud de México necesita un programa de atención primario que haga énfasis en la prevención, en dar a conocer los factores de riesgo y las complicaciones que podrían surgir de estos padecimientos.

Hipertensión, obesidad y diabetes en MéxicoShutterstock.

Pequeña piedra más antigua que el Sol

Un equipo internacional de científicos, dirigidos por Jan Kramers y Georgy Belyanin de la Universidad de Johannesburgo, Sudáfrica, analizaron una piedra hallada en Egipto en 1996 y descubrieron que contiene materiales de antes de la formación del Sistema Solar.

La piedra, de unos cuantos centímetros de largo, fue encontrada por Aly Barakat, quien trabajaba en el Servicio Geológico Egipcio y estudiaba los vidrios del desierto o joyas del Sahara, un vidrio natural que se encuentra únicamente en esta región del mundo. Barakat la recogió porque se dio cuenta de que era rara. Tenía unas incrustaciones parecidas a diamantes y el geólogo sospechó que provenía del espacio. En 2013 un grupo de geólogos que la estudiaron confirmaron su origen extraterrestre y la llamaron Hipatia, en honor a la matemática y astrónoma de Alejandría.

El estudio, publicado en la revista Geochimica et Cosmochimica Acta en febrero pasado, demuestra que la piedra Hipatia es aún más interesante de lo que se pensaba. Kramers, quien se ha dedicado a estudiar la piedra desde hace años, dice que es probable que se haya formado en la nebulosa que rodeó al Sol primitivo, millones de años antes de que se formara la estrella que conocemos. El equipo encontró en la piedra elementos esperados: carbón, silicio, aluminio, hierro, y fósforo pero en proporciones muy diferentes a las de los meteoritos usuales. Esto es extremadamente insólito. Se ha analizado la composición de asteroides y cometas, de la Tierra y de los otros planetas del Sistema Solar, y en todos ellos la proporción de los elementos sigue un patrón conocido. Hipatia es diferente y los científicos piensan que algunas partes de la piedra se formaron antes que el Sol: en definitiva la piedra mas interesante del mundo. Hipatia, la de Alejandría, estaría encantada.

Pequeña piedra más antigua que el SolHipatia. (Foto: M. di Martino/INAF/OAT).

Clonan monos macacos

Investigadores del Instituto Científico de Neurociencias en Shanghai, China, publicaron un artículo en la revista Cell de febrero pasado en el cual informan que lograron clonar por primera vez dos primates. Lo hicieron con una técnica similar a la que se usó en 1996 con la oveja Dolly, el animal clonado más famoso del mundo. A grandes rasgos, el método consiste en extraer el núcleo de una célula de un animal adulto (que contiene el material genético) e introducirlo en otra célula a la que se le ha extraído el núcleo. Con una descarga eléctrica la célula empieza un proceso de división celular. Desde Dolly se han clonado camellos, gatos, vacas, perros, ranas y ratones, entre otros; pero clonar primates resultó más complicado.

Sun Qiang y Liu Zhen combinaron varias técnicas desarrolladas por diversos grupos de investigación para optimizar el procedimiento y utilizaron el ADN de células de un feto, en vez de un adulto. Así desarrollaron 109 embriones e implantaron cerca de 80 en 21 hembras de macaco. Resultaron seis embarazos, de los cuales se lograron dos monitos: Zhong Zhong y Hua Hua.

Mu-Ming Poo, director del instituto, dijo que técnicamente no existe una barrera para clonar humanos, pero que ésta nunca fue su intención. El experimento se hizo con fines de investigación, en especial en campos de la medicina. Por ejemplo, para usar estos primates genéticamente idénticos como modelos de enfermedades humanas como el cáncer. Otra ventaja es que, el cerebro de los primates es lo más parecido en el mundo natural al cerebro de un ser humano, por lo que es un modelo óptimo para el estudio de trastornos mentales y enfermedades degenerativas como el mal de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer. Pero clonar primates está inquietantemente cerca de clonar humanos. China, como sucede en casi todos los países del mundo, cuenta con directrices que prohíben la clonación humana reproductiva, pero las leyes suelen ser ambiguas. Es necesario prestar atención a estos avances científicos y tecnológicos y presionar a los gobiernos para regular sus aplicaciones de manera adecuada.

Clonan monos macacosZhong Zhong y Hua Hua. (Foto: Liu Z. et al., Cell 172:1-7 (2018).

Arqueología en Tlalpan

Arqueólogas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) localizaron a principios de este año en el centro de Tlalpan en la Ciudad de México, un entierro múltiple que ha sido fechado en aproximadamente 2 400 años de antigüedad.

El hallazgo se encuentra en lo que actualmente es la Universidad Pontificia de México, atrás de las oficinas de la Delegación Tlalpan. Gracias a distintas excavaciones en la zona sabemos que ahí se desarrolló lo que los arqueólogos del INAH han nombrado la Aldea Preclásica de Tlalpan, uno de los primeros asentamientos humanos del suroeste de la cuenca del Valle de México, que hace más de 2 000 años fue una región boscosa, con ríos y cascadas, tierra fértil apta para el cultivo y abundantes animales de caza. Ésta fue una de las aldeas establecidas al oriente de Cuicuilco cuando empezaba su crecimiento e importancia en la región.

Jimena Rivera, directora del proyecto, informó que en 2006, a unas calles de distancia, encontraron otro yacimiento, éste de alrededor del 800 a. C. Ahí encontraron 18 fosas cavadas en forma de botellón con un diámetro mayor en el fondo, que servían para almacenar alimentos o como entierros.

En la reciente excavación se han encontrado paredes y plataformas construidas con piedras de río, y 20 fosas, seis de ellas con entierros individuales. Cerca de la barda del terreno de la universidad descubrieron un entierro múltiple en una fosa de dos metros de diámetro con los restos de 10 personas: dos mujeres, un hombre, un bebé de meses de edad, otro de entre tres y cinco años, unos jóvenes de distintas edades y un adulto. Los restos se encuentran entrelazados de manera que los brazos de uno rodean al siguiente y entre todos forman una espiral. En el entierro se encuentran cajetes, cuencos, ollas y tecomates. Algunos cuerpos tienen en las manos esferas de cerámica y piedras. Se trata del primer entierro con esta cantidad de individuos reportado para el periodo Preclásico en la Cuenca de México.

Este descubrimiento nos da información para entender un poco mejor quiénes fueron y cómo se organizaron los primeros pobladores de lo que hoy es una megalópolis

Clonan monos macacosINAH.

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