Retos 168

Ganchos y rollo hegelianos

Antonio Ortiz

Dialéctica

Cuando Guillermo terminó la licenciatura en filosofía, no se dedicó a la investigación sino al boxeo y a la lucha libre utilizando el sobrenombre de Hegel. En ambos deportes perfeccionó la técnica de tirarles rollos hegelianos a sus contrincantes para marearlos.

Una vez, en el octavo round de una pelea de box en la feria de Texcoco, el Hegel iba perdiendo contra el Juicioso Morales, por lo que en un último intento por ganar la pelea le dijo: "Esta pelea me recuerda que el otro día cuando mi mánager fue a la tienda de deportes y me trajo 3 pares de guantes y 2 cascos protectores, y yo le había dado un billete de 500 pesos y me trajo 155 pesos de cambio, deduje que los guantes costaban 45 pesos y que los cascos costaban 105, lo cual me pareció muy razonable, por lo que luego le di exactamente 150 pesos para que no le sobrara nada de cambio y me trajera 1 par de guantes y 1 casco. No sé lo que pasó pero me trajo 1 par de guantes, 1 casco y 15 pesos de cambio, aunque los había comprado en la misma tienda y al mismo precio que los anteriores. ¿De dónde habrán salido esos 15 pesos?".

Al escuchar este rollo, el Juicioso se desconcertó tanto que se quedó pasmado unos segundos, lo que aprovechó el Hegel para conectarle un fuerte gancho al hígado y hacerlo caer a la lona.

¿Por qué le sobraron 15 pesos al mánager?

Lógica

Todos los domingos por la tarde el Hegel se ponía su máscara de luchador, que tenía bordado un retrato del filosofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, y se iba a los combates de la arena Coliseo en la Ciudad de México. En una ocasión el Charro Negro de Jalisco ya le había ganado una caída y cuando estaba a punto de ganarle la segunda, el Hegel sacó fuerzas de quién sabe donde para platicarle que aunque no recordaba exactamente cuántos combates le había ganado al Enmascarado del Diablo, sí recordaba que le había ganado 10 combates más al Enmascarado del Diablo en comparación con los que éste le había ganado al Enano Maquiavélico, quien a su vez le había ganado ya 5 veces al Mensajero de la Muerte, el cual le había ganado al Gigante Maldito la mitad de las veces que el Hegel al Enmascarado del Diablo, lo que era apenas 6 combates más que los que el Enmascarado del Diablo le había ganado al Enano Maquiavélico y 3 más de los que le había ganado el Enano Maquiavélico al Mensajero de la Muerte. A continuación el Hegel le preguntó al Charro Negro si tenía idea de cuántos combates había perdido el Enano Maquiavélico a manos del Enmascarado del Diablo y cuántos le había ganado el propio Hegel al Enmascarado del Diablo.

¿Cuál es la respuesta a la pregunta del Hegel?

Estética

En las funciones de lucha del último domingo del año las peleas eran mixtas, enfrentándose hombres contra mujeres. Así, cuando le tocó su turno para enfrentarse con la bella Muñeca Galindo, el Hegel pensó que el combate iba a ser un paseo por el parque. En realidad se volvió una pesadilla porque la Muñeca Galindo en unos cuantos segundos le había ganado la primera caída y estaba a punto de ganarle la segunda; entonces el Hegel le dijo: "Tus ojos son tan bonitos que me recuerdan el número de noches que he soñado con alguien como tú, el número de poemas de amor que sin conocerte te he escrito y el número de besos que te he querido dar. Creo que estamos destinados el uno para el otro porque si sumas el número de noches que he soñado con alguien como tú más el número de poemas que sin conocerte te he escrito más el número de besos que te he querido dar, el resultado es 27; y si al cuádruple del número de noches que he soñado con alguien como tú le restas la suma del número de poemas que sin conocerte te he escrito más el número de besos que te he querido dar, el resultado es 3; y si al resultado de restarle el doble del número de noches que he soñado con alguien como tú al número de poemas que sin conocerte te he escrito le sumas el doble del número de besos que te he querido dar, el resultado también es 27. Es más, dime cuántos besos te he querido dar y te dejo ganar la siguiente caída pero ésta no".

¿Cuántas veces había querido besar el Hegel a la Muñeca Galindo?