7 de mayo de 2024 7 / 05 / 2024

Ojo de mosca 287

¿Para qué sirve un telescopio?

Martín Bonfil

A la memoria de José de la Herrán

¿Para qué sirve un telescopio? Para observar objetos lejanos, nos dice cualquier diccionario o enciclopedia. Hay los de baja potencia, como los que usan los piratas de las películas, los espías y los fotoperiodistas para captar cosas que están a unos cientos de metros.

Pero los verdaderamente fascinantes son los telescopios astronómicos, diseñados para observar objetos celestes que pueden encontrarse a miles o millones de kilómetros... o incluso miles o millones de años luz.

Algunos, llamados refractores, usan juegos de lentes talladas con precisión para desviar —refractar— la luz y formar en nuestras retinas —o en una película fotográfica, o un sensor digital— una imagen aumentada de lo que se desea ver. Otros, llamados reflectores —los más usados en la astronomía moderna— usan juegos de espejos que, al reflejar la luz, la enfocan para dirigirla a los instrumentos que la registran y analizan.

No todos los telescopios astronómicos están hechos para captar luz visible: existen también los que captan radiación electromagnética de otras frecuencias, como ondas de radio (radiotelescopios), infrarroja o rayos X. Cuando esos telescopios están en la superficie de la Tierra, la radiación que reciben tiene que pasar antes a través de la atmósfera, que absorbe una gran parte. Por ello, tradicionalmente los observatorios se han construido en montañas lo más altas posible y donde la nubosidad es mínima.

Para 1990, la tecnología estaba ya lo suficientemente avanzada como para que la NASA pusiera en órbita el Telescopio Espacial Hubble, que podía hacer observaciones por encima de la atmósfera. Esto revolucionó por completo la astronomía, al permitirnos observar objetos celestes más lejanos y con mucho mayor detalle. El último avance en esta historia ha sido el lanzamiento, en diciembre de 2021, del Telescopio Espacial James Webb, también de la NASA, que puede observar objetos con mucha más nitidez, pero sobre todo mucho más lejanos que el Hubble. Se trata de un telescopio que recoge principalmente radiación infrarroja, que puede atravesar las nubes de polvo interestelar que obstruyen la visión.

Y ver más lejos significa ver más atrás en el pasado. Esto ocurre porque a la luz de los objetos más lejanos le toma un tiempo llegar hasta nosotros. Si captáramos la luz de una estrella que estuviera a un año luz de distancia la veríamos como era hace un año.

Al mirar las imágenes, obtenidas por el telescopio James Webb, de galaxias que se encuentran a 13000 millones de años luz, estamos mirando 13 000 millones de años hacia atrás en el tiempo... casi tan atrás como el mismo Big Bang, que ocurrió hace 13 787 millones de años.

¿Para qué sirve un telescopio? No sólo para ver lejos. También para entender mejor nuestro lugar en el Universo y la historia de este, que es también nuestra historia. En última instancia, para conocernos mejor, saber de dónde venimos y quiénes somos.

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