¿Quién es? 311
Manuel Suárez Lastra
Maia F. Miret
Fotos de retrato Arturo Orta
Primera pregunta: ¿cuál es tu banda favorita? Sé que eres fan de Alice Cooper.
Soy fan de Alice Cooper, pero te tendría que decir tres: yo creo que los Beatles, ac/dc y Nirvana. No puedo escoger uno nada más. Son diferentes épocas, pero si tuviera que escoger una nada más escogería a los Beatles.
Pensé que eras más fan del grunge.
Sí, en general oigo más cosas de los noventas, pero nada existe sin los Beatles.
¿Por qué estudiaste geografía?
Primero estudié ciencias políticas. Quería estudiar geografía, pero tuve una muy mala maestra en tercero de prepa y me desanimó por completo. Es de esas veces que odias a la maestra y también la materia. Al principio no sabía qué estudiar. En ese entonces primero hacías el examen y luego te inscribías y escogías la carrera, así que casi llegué a la fila a pensar qué carrera palomear. Todos mis cuates se habían ido a economía y a mí no me latía mucho, así que vi ciencias políticas y dije “Ah, esa suena bien.”
Y estudiaste en la fes Acatlán. ¿Sentías que estabas lejos del centro?
Es que la Ciudad de México es tan grande que si ves un mapa de las fes en realidad están bastante concentradas. No sabía qué esperar en Acatlán, porque además me quedaba lejos, pero cuando llegué dije “Mira, esto está chido.” La fes Acatlán es una súper escuela; estaba mucho más concentrada en administración pública que cu, y de hecho parte de la razón por la que regresé a geografía fue porque en sexto semestre llevé una materia de planeación urbana, en realidad planeación regional, donde estaba toda la parte teórica de lo que yo había visto en la prepa, y pensé “De aquí soy.” Por eso estudié planeación urbana y regional, y cuando regresé a México de la maestría había dos caminos: hacer un doctorado en urbanismo o en geografía, pero geografía se acercaba más a mi corazón.
La geografía te da un rango de posibilidades extraordinario, ¿no? Tú mismo has hecho cosas de clima, contaminación, covid…
Sí. Geografía es todo. Todo sucede en algún lugar y todo está influido por lo que tiene alrededor. En ese sentido, todo lo puedes ver desde una perspectiva geográfica. La parte urbana desde luego puede tener que ver con el medio ambiente en general, con el cambio climático, con el agua, con todos los aspectos físicos.
¿Te gusta la gente? Obvio no eres un geógrafo de escritorio.
Sí, sí. Lo mío no son las rocas. Me interesa cómo socializan las personas, las cosas que llevan a que la gente pueda platicar, conocerse y tener interacciones cara a cara. Esos lugares son las ciudades, por eso me encantan.
La geografía es una ciencia apasionante, pero no tiene el sex appeal de la astronomía o de la biología. ¿Crees que sea difícil divulgarla?
Yo no creo que sea difícil. Más bien lo que ocurre es que hay muchos físicos y biólogos, pero menos geógrafos. Así que aunque hay excelentes divulgadores, estadísticamente somos menos que en otras disciplinas.
Hay ciencias que ya tienen su propio lenguaje de divulgación, como la física.
Todas las disciplinas deben ser apasionantes. Si te clavas en ingeniería de pavimentos seguro es padrísima. Yo creo que la geografía en general es una disciplina que enseñan muy mal en la prepa y la secundaria, entonces se tiene la idea de que es un ejercicio de memoria. Pero cuando logras aterrizar una serie de conceptos y de relaciones que te llevan a entender por qué la geografía es geografía y por qué es diferente de la geología o de la geofísica, si logras hacer ese clic en otras personas, ven la geografía de una manera distinta. El otro día que me invitaron al programa de radio Preguntamos porque Somos Niños, de aquí de la dgdc, las chavitas y los chavitos no tenían idea de qué hacía la geografía, y fue muy padre cuando vieron que ahí hay algo.
A ti te gusta la estadística. ¿Te cambia la forma de entender la realidad?
Pues te permite ahorrarte muchos recursos y mucho tiempo cuando quieres saber cosas. Es un atajo.
Además te hace entender cuándo ciertas conclusiones a las que se llega por observación o por ciertas metodologías o impresiones son válidas, y cuándo puedes ponerlas en duda. También te permite elaborar formas de responder preguntas en las que sabes que la respuesta siempre tiene un grado de error, pero conoces ese grado de error. Conoces el porcentaje de incertidumbre y el de certeza. Una de las cosas más padres de la estadística es que funciona como funciona la ciencia, en el sentido de que independientemente de a qué conclusión llegues y qué conocimiento nuevo generes de lo único que puedes estar seguro es de que estás equivocado y alguien va a llegar a corregirte.
Y si no estás completamente consciente de que estás equivocado, te encuentras en problemas.
¿Cuál es nuestro trabajo como divulgadores?
Básicamente divulgamos el conocimiento, y no sólo el producto final; la gente tiene derecho a saber cómo se llegó a esas conclusiones. Además, creo que el estudio de las relaciones humanas también se tiene que divulgar. Y qué mejor ejemplo que la forma en la que las relaciones humanas te llevan al desarrollo científico per se. El avance científico no es ajeno a la situación social y política. Y al lugar.
¡Te sale lo geógrafo! Creo que tu forma de ver el mundo te permite aceptar la complejidad de todas las cosas.
Sí, eso hace la geografía. Pero fíjate, incluso si consideras el pensamiento filosófico, las escuelas de pensamiento son muy particulares de lugar a lugar. El desarrollo científico ruso, por ejemplo, iba por un camino distinto, sin dejar de ser ciencia, al estadounidense. La ciencia depende del lugar, depende del contexto político y depende de cómo se financia. A fuerzas tienes que pensar en esas cosas.
Hablando de complejidad, ¿cómo ves la controversia reciente de la Comisión Internacional de Estratigrafía, formada por geólogos, que dice que en realidad aún no existe el Antropoceno?
Bueno, yo tuve un programa de televisión que se llamaba Antropoceno, y me dijeron esto. Lo que pensé fue que chance no estamos en el An-tropoceno como era geológica, pero en algún momento eso cambiará; igual no son suficientes 250 años para tener un estrato claro. Y sin embargo ahí está, ¿no? Yo creo que podemos pensarlo como una era en la que estamos viviendo condiciones sociales, políticas, medioambientales cuyos resultados van dejando huellas en el planeta.
Se acaba de inaugurar un nuevo programa de radio, Súbele a la Ciencia, en el que la dgdc lleva ciencia y música a las prepas y cchs de la unam. ¿Por qué a las escuelas de nivel bachillerato?
Creo que ir a estos espacios es demostrarles a los estudiantes de bachillerato que ellos también pertenecen a la unam, que pueden ser parte de un programa, y lo mismo a estudiantes de otros lugares. Una de las cosas importantes de la divulgación en general es que tienes que llegar al mayor número de públicos posible, con el lenguaje apropiado. Encerrado difícilmente puedes darte cuenta de cuál es ese lenguaje.
¿Dónde te gusta pensar? ¿En la regadera, caminando, en el tráfico…?
En todos lados. Soy muy acelerado, así que vivo pensando, y luego no puedo dormir porque sigo dándole vueltas a las cosas. Creo que la mejor forma de pensar las cosas es platicarlas. Si se me ocurre cualquier cosa el primer borrador de la idea se lo cuento a alguien. A medida que platicas las cosas ves la cara de la gente y piensas “Ah, no va por ahí.” O tal vez sí.
¿Cuáles son tus sueños guajiros para la divulgación desde la dgdc?
Bueno, son muchos. Me queda claro que para divulgar primero hay que atraer la atención de la gente, y hoy tenemos muchas herramientas, como las redes sociales, para que nos volteen a ver y nos lean o nos visiten. Después de todo tenemos dos museos, varias publicaciones y dos programas de radio, así que hay contenidos excelentes, pero primero tienen que voltear a vernos, y públicos muy distintos. Tenemos que tener cosas para cada persona y en distintos momentos y circunstancias de sus vidas.
La divulgación es especial, ¿no? No siempre es fácil medir sus efectos de inmediato, como te pasó a ti con la geografía.
Sí, pero hay cosas que puedes ver. Cuando estaba en el Instituto de Geografía hacíamos Geópolis, un festival al que iban estudiantes de bachillerato. La idea era despertar vocación por la geografía, y lo que encontramos fue que la mitad de los chavos que entraban al año siguiente a la carrera de geografía aplicada lo decidieron el día de Geópolis. Es un caso particular, pero saber cuándo tomaron una decisión así es increíble.
Hay dos sectores en los que me gustaría concentrarme: el primero es la divulgación de la ciencia para despertar vocaciones, porque el 80 % de los chavos que entran a la unam escogen 20 carreras, y hay 130 para elegir. Tal vez nadie supo explicarles por qué eran importantes las otras 110. A mí me gustaría contarles no necesariamente lo que ya se sabe en cada profesión sino cuáles son las preguntas. Es decir, qué cosas tal vez puedan responder si eligen estudiar eso.
Por otro lado, sinceramente creo que una sociedad informada tiene capacidad para tomar decisiones. La ciencia suele ser una caja negra. Te dicen “Es que los científicos dijeron”. Ajá… Pero hay muchas formas de abrir esa caja y mostrar por qué los científicos dijeron lo que dijeron, qué saben, qué no, qué les falta por investigar y también si hay intereses políticos o ideológicos, o sueños o ilusiones, detrás de lo que se dice. Sí hay manera. Y ese es mi sueño guajiro.
En corto
Comida. Soy fanático de las hamburguesas, desde un puesto de la calle hasta unas elegantes. Pero están muy cercanos los huauzontles.
Viajes próximos. De hecho, mi propósito de año nuevo por el resto de mi vida es que antes de cumplir 70 años tengo que conocer todos los países del mundo. Ya llevo como 85, así que tengo que hacer como cinco al año. Los próximos cinco son Eslovaquia, Rumania, Hungría, Bulgaria y Escocia (en dos viajes distintos).