¿Quién es? 314
Óscar Maya Corzo
Gloria Valek
Foto: revista ¿Cómo ves?
- Óscar Maya Corzo es bibliotecario de la unam y maestro en gestión cultural por la Universidad de Guadalajara. Trabaja en la Biblioteca Dr. Nicolás León Calderón, del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de la unam, que desde hace siete décadas resguarda fondos antiguos, donaciones de académicos y médicos universitarios, así como obras adquiridas.
- Nicolás León fue un médico y polígrafo michoacano nacido en 1859. Escribió libros de historia de la medicina, literatura, arqueología, lingüística, antropología y botánica. Da nombre a esa biblioteca porque, como él, es legendaria. La biblioteca se aloja en el antiguo Palacio de la Inquisición del Centro Histórico de la Ciudad de México.
- A Óscar le gustan los libros desde niño. Entre sus primeros recuerdos está el de un libro en inglés que le regaló una tía abuela. Fue la primera vez que hizo conciencia de la escritura en otros idiomas.
- No tenía una vocación clara, pero sí sabía que quería evitar enfrentarse a las matemáticas. Quería estudiar algo en lo que pudiera trabajar en el futuro; cuando estaba por decidir, un familiar habló muy bien de las bibliotecas y le pareció interesante eso de trabajar con libros.
- Hace poco participó en la formación de un fondo histórico-científico de documentos impresos en México en el siglo xvi de misioneros que escribían en castellano o que traducían del latín para los conventos y de monjes cercanos a la gente que escribían panfletos sobre medicina básica, a quienes les pagaban con alimentos.
- Entre sus proyectos está trabajar en materiales de divulgación que pongan el conocimiento científico al alcance de las mayorías y rescatar del olvido a médicos ignorados.
- La rutina en una biblioteca consiste en cambiar estanterías, clasificar nuevas adquisiciones de libros y estar pendientes de cuestiones logísticas básicas.
- Dicen que en el Palacio de la Escuela de Medi-cina hay varios fantasmas, como un monje y una niña que deambulan por los pasillos, aunque él no ha visto ninguno…
- Le gusta aprender, quiere conocer Portugal y les teme a los reptiles y anfibios.
Oscar Maya Corzo. Guardián de legendarios acervos médicos
En la Biblioteca Dr. Nicolás León Calderón del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de la unam trabaja Oscar Maya Corzo, bibliotecario egresado de la unam. En aquel espacio, desde hace siete décadas se resguardan fondos antiguos, donaciones de académicos y médicos universitarios, así como obras adquiridas. Charlamos con Óscar Maya sobre sus labores en este sitio legendario del centro histórico de Ciudad de México, que documenta la enseñanza médica desde los tiempos de la Real y Pontificia Universidad de México hasta la unam de nuestros días.
¿Quién fue Nicolás León? ¿Por qué nombrar así a esta biblioteca?
Fue un médico y polígrafo que vivió hace un siglo, autor de libros de historia de la medicina, literatura, arqueología, lingüística, antropología y botánica, así como de la Bibliografía mexicana del siglo xviii, una de las mejores recopilaciones de su tipo. Da nombre a nuestra biblioteca porque, como él, es legendaria. En la década de 1970 se estableció en el Antiguo Palacio de la Inquisición, en el centro histórico de la Ciudad de México, como parte del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina y el Archivo Histórico. En estas preciosas instalaciones, de las viejas Cárceles de la Perpetua y de la antigua Casa de los Inquisidores, desde 2021 se conformó un complejo cultural entre la Biblioteca, su Centro de Información y su Fondo Antiguo, resguardado en una bóveda de seguridad.
Denotas gran entusiasmo y compromiso, ¿cuándo empezaste a dedicarte a los libros?
Desde niño me gustan. Entre mis recuerdos más lejanos está el de un libro que me regaló una tía abuela. Fue la primera vez que escuché sobre un libro en inglés y tomé conciencia de la existencia de los libros y de su escritura en distintos idiomas. Aprendí a leer con mi abuela y a disfrutar los libros en la escuela, donde había ejemplares de todos los tamaños y con contenidos maravillosos de distintos tipos. Más tarde, en la secundaria, disfrutaba mucho los textos literarios y la historia comenzó a ser para mí algo más que una serie de datos; dejó de ser aburrida y comencé a convertirme en un gran lector…
¿En qué momento decides estudiar bibliotecología?
Yo no tenía una vocación clara, como les ocurre a muchos chavos; para mí era igual de bonito dedicarme a la pintura que a la sociología o la arquitectura. Sólo deseaba no tener que enfrentarme a las matemáticas; entonces empecé a decantarme por las ciencias sociales y las humanidades, y a interesarme seriamente en la historia y los estudios latinoamericanos. Sin saber todavía cuál sería mi carrera, quería estudiar algo en lo que pudiera trabajar en el futuro. Y así, poco antes de decidir, un familiar empezó a hablar muy bien de las bibliotecas y me pareció interesante eso de trabajar con libros, por lo que opté finalmente por esta carrera.
Y entras a la unam, a la Facultad de Filosofía y Letras…
Sí, a una facultad grande y variada, con carreras y colegios interesantes: historia, letras, geografía, filosofía, bibliotecología… Muchas carreras con diversos intereses, lo cual genera un sentido de comunidad muy particular. Ya como estudiante, la bibliotecología me abrió nuevos e insospechados espacios de conocimiento, pues es muchísimo más que sentarte ante un escritorio rodeado de libros.
¿Cuáles fueron esos nuevos espacios?
Además del mundo interminable de conocimientos que te da la lectura, descubrí una serie de retos de organización y actualización, que presentan pocas disciplinas humanísticas, y comencé a explorar nuevos caminos de catalogación, los cuales pueden resultar fascinantes. En bibliotecología me encontré con un colegio que daba importancia a interesantes temas teóricos y también a temas más prácticos, como servicios bibliotecarios y de catalogación, ambos esenciales en la carrera.
¿Cómo se forma un bibliotecólogo? ¿Qué hace específicamente?
La bibliotecología te proporciona una completa formación teórica y metodológica para la correcta administración de colecciones bibliográficas tanto en medios impresos como digitales. Organizamos, clasificamos y conservamos en forma cuidadosa y detallada sistemas bibliotecarios de libros, revistas, tesis de grado… documentos de cualquier área del conocimiento, desde materiales científicos hasta humanísticos.
¿Y tu desarrollo profesional?
He tenido la fortuna de trabajar siempre en bibliotecas… Cuando aún estaba en la carrera entré a la Biblioteca Pública de México y al poco tiempo comencé a trabajar en su fondo reservado, donde están los libros más antiguos. Para mí fue un premio, que aprecié mucho, pues leía, comentaba con colegas libros únicos y la pasé muy bien por los valiosos documentos y registros que ahí se resguardan. Luego trabajé en otras bibliotecas institucionales de las secretarías de Educación Pública y de Cultura hasta que llegué a la unam.
¿E hiciste una maestría?
Sí, en Gestión de la Cultura, en la Universidad de Guadalajara. Es un posgrado que me ha abierto muchas puertas, ya que esa disciplina, de interés para antropólogos, psicólogos, pedagogos y sociólogos, me dio una formación distinta, enriquecida. También he tenido la fortuna de trabajar con el equipo que fundó la Fonoteca Nacional. Ahí estuve investigando y catalogando sonidos, una experiencia verdaderamente alucinante, pues los sonidos no se comportan como las palabras, y menos si éstas son impresas y se encuentran en los libros; hay que abordarlos con otra perspectiva, haciendo un mayor uso de los sentidos y la imaginación.
En una fonoteca, ¿sirven la metodología y las técnicas de los bibliotecarios?
Bueno, en las fonotecas se trabaja también con materiales documentales, pero en este caso grabados, y los documentalistas, que conservan documentos sonoros, usan muchas de las técnicas y metodologías de las bibliotecas para organizar sus acervos. La diferencia es que, en lugar de textos impresos, sus colecciones y archivos son de cintas, materiales magnetofónicos, discos o casetes que contienen sonidos, entre los cuales prevalecen la música y las voces pero también ruidos.
En la Fonoteca Nacional, que se encarga de la investigación, registro, conservación y difusión de nuestro patrimonio sonoro, tuve la fortuna de ser un tiempo jefe de catalogación y dedicarme a la organización de sus documentos auditivos. Aprendí mucho y experimenté sensaciones únicas, maravillosas, no sólo de nuestra música sino también de voces y soportes sonoros, de nuestra tradición fonográfica y radiofónica.
¿Cuál es el valor de la palabra escrita, de los libros?
La palabra escrita es el soporte de todas nuestras actividades. Para aprender a escribir hay que aprender a leer a fondo, a sentir el ritmo de las palabras, a disfrutar incluso la gramática y la ortografía… Los seres humanos estamos hechos de palabras y los libros son compilaciones de ellas.
¿Por qué es indispensable conservar la información, el conocimiento, los libros, las bibliotecas?
Porque significan nuestras raíces y los pueblos deben esparcir y preservar sus raíces. Cualquier joven que quiere estudiar una carrera debe tener en cuenta que las ideas no caducan, toman distintas formas y en las bibliotecas pueden descubrir cómo éramos, cómo pensábamos. Además, en el caso de la UNAM, por ejemplo, sus acervos no están todos en internet, no sólo por cuestiones técnicas sino también por aspectos como los derechos de autor; hay acervos institucionales y patrimoniales que sólo se encuentran en nuestras bibliotecas.
¿Cómo es para ti un día de trabajo?
La rutina en una biblioteca como ésta se organiza por objetivos y proyectos; por ejemplo, cambiar estanterías, clasificar nuevas adquisiciones de libros y estar pendientes de cuestiones logísticas básicas como el encendido y apagado del aire acondicionado y de los deshumidificadores para proteger los libros de los cambios de temperatura y humedad… Asimismo, atender a investigadores y grupos estudiantiles que acuden con profesores, y realizar el trabajo técnico-administrativo de todos los días. Impartimos también pláticas sobre nuestros acervos y cómo este enigmático edificio de la Santa Inquisición pasó a ser de la Facultad de Medicina de la unam, una joya que tiene mucho por contar, repleta de historias y ruidos extraños.
Hasta relatos de fantasmas…
Sí [sonríe]. Dicen que hay varios fantasmas; yo no me he topado con ninguno pero parece que hay un monje y una niña que deambulan por los pasillos de vez en cuando…
¿Cómo aprovechar la biblioteca frente a la era digital?
No estamos peleados; debemos aprender a trabajar juntos y usar las ventajas de la inteligencia artificial. La digitalización de recursos es una gran herramienta para quienes no pueden acudir personalmente a las bibliotecas, pero hay que usarla inteligentemente para ser más eficientes, controlar y reparar errores con mayor rapidez y aprovechar lo mejor de los medios digitales sin olvidar la importancia de las reuniones presenciales y los viejos medios impresos, del teatro, la radio, el cine y la televisión.
¿Proyectos?
Trabajar en materiales de divulgación que pongan el conocimiento científico al alcance de las mayorías y rescatar del olvido a médicos ignorados. Hace unas semanas participé en un proyecto para formar un fondo histórico-científico de documentos impresos en México en el siglo xvi donde hay documentos valiosos de misioneros que escribían en castellano o que traducían del latín para los conventos, de monjes cercanos a la gente, que escribían panfletos sobre medicina básica y a quienes les pagaban con alimentos. También quiero seguir participando en proyectos institucionales, como el de los acervos médicos de la Hemeroteca Nacional, sin olvidar los fondos de los siglos xx y principios del xxi, indispensables para entender la práctica médica actual.
En tu tesis de licenciatura sobre el panorama del libro en el siglo xxi preguntas si el libro ha perdido la batalla en un mundo de imágenes…
No lo creo; espero que no. Lo cierto es que debemos adaptarnos… Por ejemplo, muchos de nosotros hicimos la carrera con máquina de escribir mecánica y el posgrado con computadora. Y entrando el siglo xxi comenzaron otras discusiones: internet y los nuevos sucesos en el mundo de la información empezaron a afectar a las bibliotecas y se empezó a decir que los libros iban a desaparecer… Pero no, ellos representan nuestra historia y nuestras raíces… Espero que así sigan.
En corto
- Autor preferido. El escritor irlandés James Joyce, autor de valiosas obras como Ulises, Dublineses y Retrato del artista adolescente.
- Le gusta aprender; le disgusta la deslealtad.
- País por conocer. Portugal, por su bella arquitectura, interesante cultura y deliciosa gastronomía.
- Les teme a los reptiles y anfibios.
- Orgullo. Ser Puma, egresado primero del cch-Sur y luego de Ciudad Universitaria.
- Preocupación. Que los libros prevalezcan y que la política mejore.