3 de mayo de 2024 3 / 05 / 2024

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Ráfagas

Martha Duhne

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Origen del cultivo de chile

Evidencias lingüísticas, ecológicas, arqueológicas y genéticas muestran que el cultivo del chile, Capsicum annuum, se originó en la región central oriente de la República Mexicana, de acuerdo con los resultados de una investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en mayo pasado.

El estudio, dirigido por Paul Gepts de la Universidad de California-Davis, en el que participaron investigadores del Centro de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, México, se compuso de cuatro partes: un modelaje de la distribución de la especie, estudios paleolingüísticos e información genética y arqueobotánica.

Para determinar el origen del cultivo, los científicos estimaron la distancia genética que existe entre 139 especies silvestres y 49 variedades cultivadas del chile para entender las relaciones de parentesco entre cada una. Examinaron los estudios arqueológicos de dos locaciones donde existían las evidencias más tempranas del cultivo del chile: la cueva de Romero cerca de Ocampo, Tamaulipas, y la cueva de Coxcatlán, en el Valle de Tehuacán, Puebla.

En relación con los estudios lingüísticos, tomaron en cuenta 30 lenguas tempranas de América. En la lengua proto-otomangue (madre de la familia lingüística a la que pertenecen el zapoteco y el mixteco) detectaron la existencia de la palabra más antigua, de 6 500 años, para designar el chile. En cuanto a los estudios ecológicos, desarrollaron un modelo de la distribución de especies de plantas relacionadas para predecir el ambiente más adecuado para el chile y sus ancestros, que resultaron ser sitios con una temperatura anual media de 24 ºC, lo que concuerda con el clima de regiones del norte y centro oriente de México, durante el Holoceno medio, es decir, hace unos 6 000 años.

Las evidencias de las cuatro líneas de estudio apuntan a que el cultivo de chile para consumo humano se originó en la región centro oriente del país, que se extiende desde el sur de Puebla y norte de Oaxaca hasta el sureste de Veracruz. Esta región es distinta a las zonas de origen que se han sugerido para el frijol y el maíz común, los cuales se piensa, fueron domesticados en el oeste de México.

"Identificar el origen del chile no es sólo un ejercicio académico. Al trazar la ascendencia de cualquier planta domesticada podemos entender mejor la evolución genética de esa especie y el origen de la agricultura, un gran paso en la evolución humana en diferentes partes del mundo", dijo Gepts.

Traumatismos e indigencia

Traumatismos e indigencia

Una investigación reciente dirigida por Jane Topolovec-Vranic del Hospital St. Michael's en Toronto, Canadá, encontró que cerca del 50% de los hombres en situación de calle han sufrido un traumatismo craneoencefálico, o TCE, en algún momento de sus vidas. Los TCE se producen por golpes en la cabeza que pueden causar lesiones en el cuero cabelludo o en la piel, el cráneo o el cerebro y suceden en segundos, por ejemplo practicando un deporte, como resultado de una caída, por accidentes automovilísticos, en riñas o en guerras. Pero las consecuencias pueden permanecer el resto de la vida: se pueden ver afectadas las capacidades cognitivas o de toma de decisiones, ocasionan cambios bruscos en el estado de ánimo que pueden llevar a un incremento de la agresividad o a una reducción de la motivación, así como confusión y desorientación. La mayoría de las personas que sufren un TCE siguen llevando una vida normal, pero en otras ésta se altera de manera permanente.

Topolovec-Vranic y su equipo realizaron diversos estudios a un grupo de 111 hombres en situación de calle de edades que variaban de 27 a 81 años y que se encontraban en un albergue en el centro de la ciudad de Toronto. Los sometieron al Cuestionario para la Detección de Lesiones Cerebrales y obtuvieron información detallada de sus historias de vida y en caso de que hubieran detectado TCE, cómo y cuándo ocurrieron las lesiones. El 45 % de los participantes había sufrido un TCE, y en el 87% el evento ocurrió antes de perder sus casas. Los accidentes que ocasionaron las lesiones fueron múltiples, siendo los más comunes los que resultaron de riñas, seguidos por los ocasionados mientras practicaban deportes y por accidentes automovilísticos y caídas. A la mayoría el accidente les ocurrió durante la niñez.

Reconocer que un TCE puede ocasionar que una persona termine en esta situación pone en entredicho la idea de que se trata de una decisión consciente o que es resultado únicamente de adicciones. El estudio subraya la importancia de tomar acciones que puedan prevenir estas lesiones, como usar cascos cuando se practican algunos deportes y cinturón de seguridad cuando se viaja en automóvil, los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista Canadian Medical Association Journal el mes de abril. y podrían modificar la manera en que percibimos a las personas que viven en la calle.

Ganado versus carbono

Transformar en bosques campos que se utilizan para alimentar ganado es una forma eficiente y barata de reducir los efectos del cambio climático y salvar algunas especies que se encuentran en peligro de extinción, de acuerdo con un estudio publicado en abril pasado en Nature Climate Change, realizado por un equipo de científicos dirigido por David Edwards, de la Universidad de Sheffield.

Por medio de la fotosíntesis la vegetación y en especial los bosques absorben dióxido de carbono de la atmósfera y lo transforman en carbono, el cual queda almacenado en la masa vegetal, y al mismo tiempo liberan oxígeno. De esta forma, un bosque funciona como un "almacén de carbono", que se libera cuando los árboles mueren o son destruidos.

Los investigadores estudiaron las reservas de carbono por kilómetro cuadrado, la biodiversidad y las ganancias económicas derivadas de la ganadería en uno de los ecosistemas más amenazados del mundo, los Andes occidentales de Colombia. Estudiaron bosques secundarios de la región (que se han regenerado después de haber sido completamente talados) de 20 a 30 años de antigüedad, y encontraron que en este lapso ya habían recuperado alrededor de la mitad del carbono que existe en bosques muy antiguos. Es decir, que no es necesario que pasen cientos de años para que se conviertan en almacenes de carbono eficaces.

Las ganancias económicas derivadas de la ganadería por kilómetro cuadrado son escasas. Pero bajo el esquema de mercados de carbono (ámbitos donde se paga una cantidad determinada a grupos de personas que con diversas acciones contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en especial el dióxido de carbono) los ganaderos podrían recibir mayores recursos si permitieran la regeneración de los bosques naturales en sus terrenos.

El estudio también encontró que los bosques regenerados tuvieron un enorme impacto en las poblaciones de algunas especies amenazadas: de dos grupos estudiados de aves y escarabajos, las comunidades de los bosques secundarios eran muy parecidas a las de los bosques originales después de 20 a 30 años de regeneración.

Tomando en cuenta que los recursos financieros disponibles para enfrentar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son muy limitados, el resultado de esta investigación, que aborda de manera simultánea ambos problemas, resulta relevante.

Ganado versus carbonoProyecto de reforestación. Foto: http://finca-costa-rica.e-monsite.com.

Nueva especie de saltamontes en Oaxaca

Un equipo de científicos de la Universidad de Florida Central descubrieron, en la orilla de una carretera cerca de la ciudad de Oaxaca, México, un saltamontes al que llamaron Liladownsia fraile, en honor a la cantante Lila Downs. Los científicos dijeron admirarla por su estilo musical, que incluye letras en zapoteco y mixteco, por ser oaxaqueña y por ser una promotora cultural de México que por lo regular se presenta con vestuarios muy coloridos. Fraile es como se conoce a este insecto en la región.

El saltamontes mide cerca de tres centímetros de largo y es muy colorido, con marcas azules, rojas, amarillas, naranjas y negras. El descubrimiento ocurrió mientras los investigadores buscaban otra especie de saltamontes en un bosque de pino-encino en la Sierra Madre del Sur, en el estado de Oaxaca. La especie fue descubierta en 2011 y desde entonces se han hecho estudios y colectas para confirmar que se trata de una especie nueva. Liladownsia fraile fue reportada en San José del Pacifico, Suchitepec y Pochutla en ese estado.

Los saltamontes son insectos de entre uno y siete centímetros de longitud. Al igual que los grillos, cuentan con piezas bucales para masticar, dos pares de alas —una estrecha y resistente y la otra ancha y flexible— y patas traseras largas que les permiten saltar. Difieren de los grillos en que sus antenas son cortas. Por lo general tienen ojos grandes y son de distintos colores según el medio donde habitan, lo que les permite pasar inadvertidos. Existen alrededor de 9 700 especies conocidas de saltamontes en el mundo.

"Estamos en una época de crisis de la biodiversidad", dijo Ricardo Mariño Pérez, coautor del artículo publicado en la revista Zootaxa en el pasado mes de mayo. "Cada día desaparecen especies, a veces incluso antes de ser descubiertas por la ciencia. Este hallazgo es un recordatorio de que no sólo hay nuevas especies en medio del Amazonas o en los bosques profundos de África, sino también al lado de la carretera en una zona más o menos poblada". Días después de anunciarse el descubrimiento, la especie de saltamontes fue incluida en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación.

Nueva especie de saltamontes en OaxacaLiladownsia fraile. Foto: University of Central Florida.

Los medios y la autopercepción

Una mujer se ve al espejo y se gusta, acto seguido hojea una revista con fotos de modelos hermosas y muy flacas y cuando vuelve a ver su imagen, su percepción cambió: ya no se siente tan linda. Esto es un fenómeno muy común, de acuerdo con un estudio dirigido por Ian Stephen, de la Universidad Macquarie, en Australia, y Treshi-Marie Perera, de la Universidad de Nottingham, campus Malasia, quienes descubrieron que toma sólo 60 segundos cambiar la percepción de una mujer sobre lo que significa tener un cuerpo atractivo.

Los investigadores primero tomaron fotos de mujeres de entre 18 y 23 años vestidas con ropa deportiva ajustada. Ampliaron las fotografías a tamaño real y con éstas elaboraron 13 imágenes, seis aumentando el índice de masa muscular (IMC, contenido de grasa corporal en relación con la estatura y el peso) y otras seis reduciéndolo. El resultado fue una secuencia de 13 imágenes de la misma mujer que la mostraban primero extremadamente delgada y progresivamente con mayor peso hasta llegar a un sobrepeso. Después seleccionaron de internet fotos de modelos con IMC variados que fueron divididas en cuatro series de 12 imágenes cada una: delgada y atractiva; delgada y no atractiva; robusta atractiva; robusta y no atractiva. Luego reunieron a 95 participantes (49 mujeres, 46 hombres), que separaron aleatoriamente en cuatro grupos y a cada uno le asignaron una serie de las imágenes de las modelos. A cada grupo le proyectaron durante cinco segundos las 12 imágenes, 60 segundos en total. Después les presentaron la secuencia de fotos de mujeres con el IMC modificado y les pidieron que eligieran las que les parecían más sanas y más atractivas.

Todos los participantes eligieron como atractivas a mujeres con IMC más bajos que las que catalogaron como sanas. El IMC elegido tanto para las más atractivas, como para las más sanas estaba en el intervalo considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de bajo peso. Las mujeres del grupo que vieron las imágenes de modelos delgadas eligieron como atractivas y sanas a mujeres con IMC significativamente más bajos que las que estuvieron expuestas a las imágenes de mujeres robustas. En los hombres esta decisión no se vio afectada por las imágenes que vieron, lo que sugiere que ver imágenes de modelos muy delgadas modifica la percepción que tienen las mujeres de lo que consideran atractivo o sano.

Los resultados, publicados en la revista PLOS ONE a principios de este año, concuerdan con estudios previos que sugieren que las imágenes que aparecen en los medios de mujeres exageradamente delgadas contribuyen a la baja en autoestima, insatisfacción con el cuerpo y estados depresivos de las mujeres que están expuestas a ellas y aumentan el riesgo de desarrollar trastornos como la anorexia y la bulimia

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