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Estrella Burgos
La astronomía generalmente despierta el interés de públicos de todas las edades, y nosotros y los lectores de ¿Cómo ves?, a juzgar por las cartas que recibimos, no somos la excepción. Aventurarse a conocer lo que se sabe del cosmos no sólo es apasionante, también puede darnos un descanso mental en momentos difíciles como los que hoy vive nuestro país. Te proponemos vacacionar este verano con un artículo de portada, de Gerardo Martínez Avilés, que recoge el hallazgo de auténticos telescopios naturales y cómo se han utilizado por décadas con gran provecho para la astronomía. Se trata de las lentes gravitacionales, cuyos efectos anticipó Albert Einstein en su teoría de la relatividad general.
Otro artículo que invita a adentrarse en el cosmos, más propiamente en su historia, es el de Sigfrido Escalante, Leticia Carigi y Laura Gasque. Ellos nos cuentan cómo se formaron los elementos químicos, en un relato que empieza en el instante cero del Universo y se desarrolla en tres dramáticos actos.
Alejandro Aguilar nos trae de vuelta a la Tierra para llevarnos a las profundidades heladas de la Antártida, a 4 000 metros de la superficie, donde se encuentra un lago sepultado por el hielo y que se sospecha ha permanecido intacto durante millones de años. Alejandro cuenta por qué hay buenas razones para pensar que el lago Vostok podría albergar especies desconocidas, que se habrían desarrollado en condiciones extremas.
En la sección “Así fue…” Carlos Guevara-Casas vuelve a estas páginas con un relato literalmente sangriento que da cuenta de los hallazgos que permitieron las trasfusiones que todos los días salvan vidas en el mundo entero. Carlos narra, también, cómo el conocimiento sobre los tipos sanguíneos fue en su día utilizado con los peores fines.
Completa esta edición veraniega un artículo que quizá permita a los que todavía tienen que estudiar matemáticas volver más animados a las aulas en septiembre. Mario Sánchez explica por qué esa disciplina resulta difícil para muchas personas y cómo eso puede solucionarse.
¡Felices vacaciones!
