26 de abril de 2024 26 / 04 / 2024

¿Quién es? 268

Xyoli Pérez Campos

Anayansin Inzunza

Foto: Arturo Orta

Investigación en sismología y su divulgación

El 19 de septiembre de 1985, a las 7:17 de la mañana se registró en la Ciudad de México un terremoto de magnitud 8.1, considerado el más destructivo de la historia moderna de la capital del país. A Xyoli, entonces una estudiante de primero de secundaria, el movimiento telúrico le despertó una enorme curiosidad que la llevaría, años más tarde, a convertirse en la jefa del Servicio Sismológico Nacional (SSN), del Instituto de Geofísica de la UNAM.

¿Qué es un temblor?, ¿por qué ocurre?, ¿cómo sucede?, ¿por qué se caen los edificios? fueron las primeras preguntas que Xyoli se hizo en aquel momento. Antes de entrar a la preparatoria, asistió a una feria vocacional donde descubrió que la ingeniería geofísica era la indicada si quería aprender sobre los sismos.

Actualmente, la doctora en geofísica por la Universidad de Stanford y con posdoctorado en el Instituto Tecnológico de California tiene tres líneas de investigación: las características de los temblores que ocurren en México; la geometría de la placa de Cocos y el análisis de la energía sísmica liberada y su relación con los movimientos fuertes que se presentan en lugares alejados del epicentro.

De 2014 a la fecha está al frente del Servicio Sismológico Nacional, ¿qué representa para usted este cargo?

Una responsabilidad y un compromiso muy grandes porque es la institución que monitorea la sismicidad en un país altamente sísmico, brinda de manera oportuna la información a las autoridades para que tomen decisiones informadas y también a la sociedad que demanda información inmediata. Es un trabajo de 24 horas por siete días a la semana, no hay descanso porque la sismicidad no se puede predecir.

¿Cuáles han sido sus principales logros como jefa del Sismológico?

El Servicio ha avanzado en crecimiento, posicionamiento y desarrollo. También se amplió la colaboración con centros internacionales, por ejemplo, intercambiamos datos con Guatemala, Nicaragua y Texas, Estados Unidos.

Algo muy importante es que se tiene una política establecida de datos, los datos de velocidad son abiertos y eso permite el rápido análisis no solo en términos de investigación sino en lo que sea que se ocupen.

Otro paso es la participación en redes sociales. En Twitter estamos aproximadamente en la posición 50 a nivel nacional con más de cuatro millones de seguidores y somos de las primeras cuentas en su tipo a nivel internacional. En Facebook no solo publicamos eventos sino también hacemos divulgación. Hay una participación más cercana con la gente y ahora podemos conocer cuáles son las dudas cotidianas y en ese aspecto estamos tratando de formar a la sociedad.

Una parte importante es que impulsamos a los estudiantes becarios a que se preparen primero en términos de análisis de datos y después colaboren en las actividades del Sismológico; también recibimos estudiantes para sus prácticas profesionales de universidades y tecnológicos fuera de Ciudad de México. Otro logro es el diplomado de sismología dirigido a profesores de bachillerato del país con el objetivo de formarlos en temas que puedan usar de ejemplo en sus clases. Es en el bachillerato donde se forman vocaciones y debemos tener el vínculo entre el SSN, los profesores y los estudiantes para que se enteren de que existen diferentes carreras en ingenierías y ciencias y ser un semillero de éstas.

¿Cuáles son los principales mitos sobre los sismos?

El más frecuente es creer que los sismos se pueden predecir; que están relacionados con las reacciones de los animales, con la lluvia, el calor, el tipo de nubes o el color del cielo.

México está entre los países más sísmicos en el mundo; tenemos sismos importantes de magnitudes de moderadas a grandes; en promedio cada año y medio tenemos un sismo de magnitud siete o mayor. La recomendación para la población es que a cualquier lugar que vayan, siempre revisen las instrucciones sobre qué hacer en caso de un sismo, tener la costumbre de buscar rutas de evacuación, puntos de seguridad o menor riesgo y salidas de emergencia. En casa, hay que identificar los puntos de seguridad y ver si es mejor salir o replegarse.

Entre los mitos más frecuentes se encuentra el creer que los sismos se pueden predecir o que están relacionados con las reacciones de los animales, la lluvia, el calor, el tipo de nubes o el color del cielo.

¿Hay cultura de protección civil en el tema de los sismos?

Creo que sí ha mejorado, pero tenemos que seguir trabajando. Nos falta conocer más el fenómeno, entender que un sismo puede ocurrir en cualquier momento, aprender a vivir en un país sísmico, no tener miedo sino estar preparados y listos para enfrentarlo.

En 2020 se tenía pensado realizar tres macro simulacros, pero se cancelaron dos debido a la pandemia de COVID-19. Creo que los simulacros van más allá de un mandato de gobierno, deben ser más a nivel personal, tomar conciencia de que a donde quiera que vayamos debemos saber qué hacer si tiembla, ya sea en la casa, en la escuela, en la oficina, en el cine, en el parque de diversiones o en un museo.

¿Qué dice a los jóvenes respecto a la decisión de elegir una profesión?

En la vida hay que hacer lo que a uno le gusta y apasiona, y si eso resulta ser la ciencia, sí se puede vivir de esto y hay lugar, porque hay tantas incógnitas en el Universo que se necesitan resolver y que brindan beneficios. ¿En qué eslabón de la cadena va a colaborar un científico? Esa es una decisión personal pues hay muchísimos eslabones por construir y cuando encuentras tu lugar en esa cadena es la realización total. Buscar las respuestas y encontrarlas puede ser muy divertido… es una gran aventura.

Xyoli, que en maya significa “retoño” (de acuerdo con su madre), nació en la Ciudad de México. Es la hija mayor de tres hermanos. En la infancia fue traviesa y juguetona, pero tímida, característica que todavía conserva y que considera su mayor defecto, mientras que su mayor virtud es la perseverancia. Para la doctora Pérez Campos, correr es una disciplina que le ha enseñado que todo se puede. Hasta el momento ha corrido siete maratones y más de 21 medios maratones. La sensación de atravesar la meta es de “una satisfacción brutal de éxito”.

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