26 de abril de 2024 26 / 04 / 2024

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Ráfagas

Martha Duhne

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Censo 2020

Del 2 al 27 de marzo de 2020 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) llevó a cabo en México el Censo de Población y Vivienda, que nos ofrece información sobre la dimensión, estructura y distribución de la población, así como de sus principales características socioeconómicas y culturales.

De acuerdo con los resultados del censo, en México hay 126 014 024 habitantes, un incremento de 13 677 486 respecto al censo de 2010. De estos, 51.2 % son mujeres y 48.8 % hombres. Si la tasa de crecimiento se mantiene constante, la población del país se duplicará en 58 años. Desde 2010 ocupamos el undécimo lugar en población en el mundo.

La entidad que presentó el mayor crecimiento fue el Estado de México, con un aumento de 1.8 millones de personas, lo que representa el 13.51 %. El estado de menor crecimiento es Colima, con 80 836 nuevos habitantes desde 2010.

La tasa de analfabetismo se redujo de 9.5 % en 2000 a 4.7 % en 2020. El grado promedio de escolaridad es de 9.7 años (secundaria terminada), y seis de cada 10 personas sin educación son mujeres. Actualmente contamos con poco más de 16 millones de personas con nivel de licenciatura o equivalente.

La edad promedio de la población es de 29 años. En 2000 era de 22, es decir que la población está envejeciendo y la proporción de niñas, niños y adolescentes ha disminuido. En nuestro país hay más de 15 millones de personas de 65 años o más.

El promedio de hijos por mujer de 12 años y más presenta un descenso. En 2000 el promedio fue de 2.6 y actualmente es de 2.1.

Poco más de siete millones de personas son hablantes de alguna lengua indígena (6.1 %). La proporción ha disminuido desde 2010, cuando era de 6.6 %. Y poco más de dos millones y medio de personas se reconocen como afrodescendientes: el 2 % de la población actual.

Las personas con discapacidad, limitación en la actividad cotidiana o condición mental es de 20 838 108 personas; un millón y medio de las cuales presentan un problema o condición mental.

El 26 % de la población no cuenta con servicios de salud y siguen existiendo cientos de localidades sin ninguna clínica.

Son económicamente activas 62 % de las personas de más de 12 años.

Entre 2000 y 2020, las viviendas con agua entubada pasaron de 84.4 % a 96.3 %. Sin embargo, existen marcadas tendencias regionales: Guerrero, Oaxaca y Chiapas tienen los índices más bajos de la República.

Las personas que tienen teléfono celular representan 87.5 % de la población, acceso a internet en sus hogares 52.1 % y computadoras solo el 37.6 %. En el contexto de la pandemia de COVID-19 esto implica que muchos escolares se han quedado sin acceso a clases. Esta información es una guía para analizar datos como la desigualdad y la pobreza, y permite fortalecer políticas públicas indispensables para hacer frente a estos problemas.

En México el 52.1 % de la población tiene acceso a internet en el hogar y solo el 37.6 % cuenta con computadora propia.

Censo 2020Shutterstock.com.

México: nuevo tratamiento contra COVID-19

Los estragos de la pandemia hacen apremiante buscar nuevos tratamientos para reducir la gravedad de la COVID-19. En algunos casos el sistema inmunitario produce una respuesta inflamatoria desbocada que puede causar insuficiencia respiratoria y la muerte.

En abril y mayo de 2020 un grupo de médicos del Departamento de Investigación del Hospital Regional del ISSSTE, en el Estado de Puebla, y del Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, realizó un estudio piloto en ese hospital con 209 pacientes adultos infectados con el virus SARS-CoV-2. En el estudio, 105 participantes voluntarios recibieron el nuevo tratamiento con bajas dosis de dos tipos de esteroides (prednisona y prednisolona) y un medicamento nunca antes usado en estos casos: ciclosporina, o CsA. Los 104 restantes formaron el grupo de control, que recibió solo los esteroides. El lapso de la prueba fue de 10 días.

La CsA es un fármaco que se usa en el trasplante de órganos para reducir la actividad del sistema inmunitario del receptor, y por lo tanto el riesgo de que rechace el órgano trasplantado. El equipo lo usó en pacientes de COVID-19 para ver si podía controlar la respuesta inflamatoria aguda.

Los resultados, publicados en la revista Journal of Internal Medicine, mostraron que la mortalidad en el grupo control fue de 35 %, mientras que en el grupo que recibió la CsA más los esteroides fue de 22 %. El tratamiento redujo la mortalidad, y además mejoró el estado general y la posibilidad de supervivencia de los pacientes más allá del lapso del tratamiento. Los investigadores concluyen que los resultados son promisorios, pero el tratamiento deberá seguir estudiándose.

México: nuevo tratamiento contra COVID-19Ph.David.

En reuniones virtuales, apaga la cámara

Unos investigadores de la Universidad Purdue, la Universidad Yale y el Instituto Tecnológico de Massachusetts realizaron un estudio de la huella de carbono, la huella hídrica y la huella de tierra de una hora de videoconferencia con la cámara prendida. La huella de carbono es la cantidad de gases y compuestos de efecto invernadero que implica la fabricación o el consumo de bienes y servicios. La huella hídrica es el volumen total de agua dulce y la huella de tierra es la cantidad real de tierra, en cualquier parte del mundo, que se necesita para producir ese servicio o producto. Debido a que procesar datos consume electricidad, una hora de cámara prendida en videoconferencias causa la emisión de entre 150 y 1 000 gramos de dióxido de carbono, utiliza entre dos y 12 litros de agua y requiere un área de terreno del tamaño de un mini iPad.

Muchos ya tomamos en cuenta el impacto ambiental, por ejemplo, de usar papel o consumir combustibles, pero no se nos había ocurrido pensar en el beneficio de apagar una cámara o reducir la calidad de transmisión de una película por internet. Este estudio enfatiza que también estas actividades tienen huella de carbono, hídrica y de tierra, sobre todo tomando en cuenta los miles de millones de usuarios que se están comunicando por videoconferencia en esta época de confinamiento.

Los resultados de esta investigación se publicaron en la revista Resources, Conservation & Recycling.

En reuniones virtuales, apaga la cámaraLynn Kurtz/Pixabay.

El cambio climático y su efecto en la pandemia

Un estudio reciente, publicado en la revista Science of the Total Environment, muestra el efecto que el cambio climático pudo tener en la pandemia de COVID-19, de acuerdo con investigadores de la Universidad de Cambridge, Inglaterra.

Sabemos que es muy probable que los coronavirus como el SARS CoV-1, el SARS CoV-2 y el que causa la enfermedad respiratoria MERS provengan de distintas especies de mamíferos silvestres. Las cepas del virus CoV que se encuentran en murciélagos del sur de la provincia de Yunán, China, son muy similares a las que se localizan en las regiones de Myanmar y Laos, donde habitan también especies de civetas y de pangolines que posiblemente actuaron como huéspedes intermedios entre los murciélagos y el ser humano.

Los investigadores crearon mapas de la distribución de la vegetación en el mundo hace un siglo utilizando datos registrados del clima como temperatura, lluvia y cobertura de nubes. Con estos datos determinaron la localización de los ecosistemas originales. Los cambios en el clima modificaron la distribución de miles de plantas y animales. Hoy conviven en un mismo hábitat especies que antes no tenían contacto; por ejemplo, murciélagos, pangolines y civetas. Las actividades humanas fragmentaron los ecosistemas, reduciendo el hábitat de miles de especies y forzando una cercanía con los humanos que antes no existía, lo que facilitó la transmisión de los virus.

El cambio climático y su efecto en la pandemiaPangolín. Adam Tusk.

El vuelo de las mariposas

Las alas de las mariposas son diferentes a las de otros animales voladores, como murciélagos o aves; son más anchas y largas en relación al tamaño del cuerpo, y la mecánica de su vuelo no se había entendido con precisión. Recientemente unos investigadores de la Universidad de Lund, Suecia, estudiaron esa mecánica y encontraron que las mariposas utilizan una técnica muy eficaz, que les permite despegar con gran rapidez.

Desde hace 50 años se había observado que las mariposas hacen chocar las alas al despegar, pero no se sabía por qué. Los investigadores pusieron mariposas en un túnel de viento y descubrieron que durante el ascenso, las alas, que son muy flexibles, se ahuecan, creando una bolsa de aire entre ellas. Cuando chocan, el aire sale expulsado como chorro hacia atrás impulsando a la mariposa hacia adelante. Esto le permite despegar rápidamente, por ejemplo, cuando tiene que escapar de sus depredadores.

Además de estudiar mariposas vivas en el túnel de viento, los investigadores diseñaron un modelo con alas parecidas a las reales tanto en forma como en flexibilidad y otro con alas rígidas. Descubrieron que el impulso creado por las alas flexibles es 22 % mayor y 28 % más eficiente que el de las rígidas.

Los resultados de esta investigación se publicaron en la revista Journal of the Royal Society en enero pasado y los investigadores señalan que el estudio podría ayudar a desarrollar drones con esta estrategia.

El vuelo de las mariposasShutterstock.com.

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