¿Quién es? 94
Xóchitl Blanco Cano
Verónica Guerrero Mothelet
Foto: Adrián Bodek
Tras las huellas del viento... solar
Cuando coincide la habilidad personal con una educación que la favorece, se puede llegar muy lejos. Ésta ha sido la experiencia de la doctora Xóchitl Blanco Cano, investigadora del Departamento de Física Espacial del Instituto de Geofísica de la unam.
La doctora Blanco cuenta que en su infancia desarrolló el gusto por las matemáticas, lo que podría parecer poco común en una sociedad en la que esta disciplina carece de popularidad. Sin embargo, explica, probablemente influyó el hecho de que en la escuela donde estudió su educación básica, con sistema activo, se impartía una clase de geometría. Esa primera experiencia inclinó su preferencia por las ciencias, y más adelante Xóchitl Blanco encontró el camino que habría de seguir. “En preparatoria me llamó la atención la astronomía... y también la oceanografía, pero luego de charlar con oceanógrafos, me di cuenta de que el mar me gustaba desde una perspectiva poética más que científica”.
La doctora Blanco sentía igual predilección por la literatura y se sintió tentada a elegir alguna carrera de letras. No obstante, a la hora de decidir, ganó su vocación científica y resolvió que, aun si estudiaba física, podría continuar con su afición por la literatura.
Así, ingresó a la Facultad de Ciencias de la unam, donde conoció a los profesores y las materias que fueron dando forma a su trayecto.
“Creo que para seguir un camino determinado, influye la combinación de dos factores: el gusto por el área y los profesores, que son quienes hacen la diferencia”, asegura.
Una vez en la carrera, Xóchitl Blanco disfrutó mucho de los cursos de astronomía y astrofísica, “pero cuando llegué al curso introductorio de física espacial, me di cuenta de que era el campo que más me atraía”. Años después, ingresó al Instituto de Geofísica como estudiante de servicio social, donde más tarde realizó su tesis de licenciatura y se interesó de lleno en la física espacial, “que si bien está relacionada con astronomía y astrofísica, cubre un área más local”.
La doctora Blanco puntualiza que la disciplina conocida como física espacial estudia el entorno cercano a nuestro Sol, lo que incluye no sólo los planetas, sino fenómenos como los campos magnéticos que se encuentran en el Sistema Solar.
“Actualmente estudio lo que sucede cuando el viento solar interactúa con los planetas. Es muy interesante conocer las características de esos lugares”, afirma. Y agrega que lo fabuloso de estas profesiones es que uno aprende todo el tiempo. “Me gusta la novedad constante; la ciencia no es estática, y eso hace que sea interesante y divertida”.
Parte de la diversión ha sido residir en otro país. La doctora Blanco estudió un posgrado en Inglaterra durante cuatro años y medio. Al terminar, regresó al Instituto de Geofísica como investigadora. Subraya que su camino ha sido bastante directo, “porque tuve la suerte de encontrar buenos guías y la motivación de esas personas. Ahora, la colaboración con los colegas continúa impulsándome”. Y es que para la doctora Blanco la ciencia se hace en colaboración, en equipo. “Aprender de este modo brinda la ventaja de tener acceso a varios puntos de vista y poder considerar distintas ideas”.
Una de sus actividades más satisfactorias ha sido el proyecto de divulgación bautizado como “Observatorios antiguos”, al que fue invitada por la nasa en 2004 y que tuvo el propósito de preparar programas sobre sitios arqueológicos con vestigios de observatorios astronómicos. “Se hizo un programa sobre Chichen-Itzá y yo hablé acerca de la forma moderna de estudiar el Sol; es decir, la actualidad de estas investigaciones”. Señala que la experiencia fue atractiva, porque considera que la divulgación es muy importante, “y la labor de los maestros en esta dirección es fundamental. Es parte de nuestra responsabilidad compartir y transmitir el conocimiento a las nuevas generaciones”. Por eso disfruta platicar con sus alumnos y observar sus avances. Además, “a pesar de que la física es un campo generalmente dominado por hombres, ahora tengo una mayoría de mujeres en mi grupo”, asegura esta científica, feliz de haber elegido el camino correcto.
Personalmente
Libro favorito:
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
Mejor lugar para descansar:
Definitivamente, el mar... Pero también me encanta el paisaje de la montaña