¿Quién es? 178

Rocío Amador Bautista

Gloria Valek

Foto: Arturo Orta

Las redes del conocimiento

La doctora en ciencias de la información y la comunicación por la Universidad de Burdeos, Francia, nos recibe en su cubículo del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE-UNAM), donde es investigadora.

Rocío Amador Bautista nació en Veracruz, pero desde pequeña ha vivido en la Ciudad de México. "Además de mis amigos, recuerdo especialmente a los profesores de geografía, historia y literatura porque contribuyeron a despertar mi interés de viajar con la imaginación a través del tiempo y el espacio". Estudió la licenciatura en ciencias de la comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (FCPyS), "porque era un campo emergente de conocimiento que me ofrecía una formación académica para explicar los fenómenos socioculturales de mi propio tiempo". Ahí tuvo profesores que la marcaron como Antonio Delhumeau, Adolfo Chacón, Jaime Goded y Henrique González Casanova, con quienes trabajó posteriormente. "Me inicié en la investigación con Bertha Lerner en el Instituto Mexicano de Estudios Políticos (IMEP), consultando los archivos hemerográficos de los periódicos más antiguos del país. Fue una gran satisfacción encontrar en las primeras planas de los diarios a los personajes más relevantes de la historia mundial". Y así comenzó el camino de su vida académica y profesional, pues desde los primeros semestres de licenciatura tuvo la oportunidad de dar clases en la FCPyS y de ser ayudante de investigación en el IMEP. Para la doctora Amador la UNAM ha significado "un espacio de libertad de pensamiento, expresión y acción y donde se crea, acumula, resguarda y difunde el pensamiento cultural, científico y técnico. Es el alma máter que me ha formado como persona y como académica", subraya.

De la experiencia de estudio en Francia, Rocío recuerda "a profesores eruditos, autores de las teorías de las ciencias de la comunicación más representativas del pensamiento contemporáneo, que sólo había conocido a través de los libros. También fue muy significativa la convivencia con jóvenes de diferentes razas, lenguas y creencias, y el compartir nuestros propios retos".

Sobre el estudio de la comunicación humana, explica que su importancia está en que "permite incursionar en el conocimiento de los individuos y sus relaciones sociales en su contexto histórico, político y cultural. Se trata de un fenómeno complejo por la multiplicidad de medios disponibles para expresar ideas y sentimientos a través de la palabra, el sonido y la imagen. La educación, por su parte, es una función sustancial de la comunicación humana, porque ocurre a lo largo de la vida en sociedad y trasciende los tiempos y espacios acotados para enseñar y aprender".

Una de las áreas actuales de interés de Rocío es la educación a distancia, que con el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC), permite llevar la enseñanza escolar a comunidades marginadas y excluidas del conocimiento. "Hoy, cuando el ingreso a la universidad es cada vez más difícil, y la red internet se ha convertido en una plataforma tecnológica de apoyo a la enseñanza, es posible distribuir grandes volúmenes de información a enormes distancias. Lamentablemente las brechas educativas, sociales, económicas y culturales no se resuelven únicamente con las innovaciones tecnológicas", explica.

Entre otras actividades, Rocío ha coordinado programas de educación a distancia y varios libros sobre comunicación y educación y es profesora en el posgrado de la FCPyS. Dedicada a la investigación durante más de 25 años, hoy se concentra en estudiar la participación de los jóvenes científicos de la UNAM en las redes internacionales del conocimiento y su contribución al avance de los diferentes campos de la ciencia y la tecnología y al desarrollo de la sociedad. "Enseñar y aprender debe basarse en un diálogo permanente entre profesores y alumnos para construir conjuntamente los conocimientos individuales y colectivos". Por ello, Rocío Amador motiva a sus estudiantes a que "hagan de la investigación una estrategia permanente de formación integral, como individuos en sociedad, para aprender a tomar decisiones y resolver problemas científicos, académicos, laborales, familiares y personales. Espero que entiendan que investigar es un privilegio en la vida", concluye.