Ráfagas 320

Ráfagas

Maria Luisa Santillán

Ilustración: revista ¿Cómo ves?

Inequidad y mala salud

El lugar donde naces, haces tu vida y envejeces tiene gran influencia sobre tu salud, según el Informe mundial sobre los determinantes sociales de la equidad en la salud publicado por la Organización Mundial de la Salud (oms). La falta de vivienda, de educación y de oportunidades laborales de calidad influyen en la salud y la longevidad más que la herencia biológica o el acceso a atención médica. Según este informe se puede salvar la vida de 1.8 millones de niños al año si se eliminan las desigualdades sociales y aumenta la equidad entre los sectores más pobres y los más ricos de la población.

El informe subraya cómo se relacionan las inequidades en la salud con las inequidades sociales. Por ejemplo, actualmente 3 800 millones de personas no cuentan con licencia por enfermedad con goce de sueldo ni baja por maternidad o paternidad, lo cual repercute en su salud. Además, las poblaciones altamente marginadas y discriminadas, como los pueblos indígenas, tienen una esperanza de vida mucho menor. Desde 2008 no se publicaba un informe de este tipo, en el cual la oms pusiera énfasis en la importancia de promover la equidad para la salud, abordando la desigualdad económica, la discriminación estructural, los conflictos y el cambio climático.

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El sueño inquieto de un volcán “zombi”

Ubicado en los Andes Centrales en el sur de Bolivia y cerca de la frontera entre Chile y Argentina se encuentra el volcán Uturuncu, catalogado como un volcán “zombi” porque, aunque ya no está activo, sigue dando señales de vida. La última vez que hizo erupción fue hace más de 250 mil años, pero la actividad sísmica a su alrededor y algunas columnas de gas preocuparon a los habitantes de la zona, que anticipan un posible despertar de este coloso.

Para saber qué produce estas señales de vida en el volcán investigadores de la Universidad de Oxford, Inglaterra, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China y de la Universidad Cornell, Estados Unidos, analizaron más de 1 700 terremotos producidos en las inmediaciones del volcán, así como la velocidad a la que viajan las ondas sísmicas a través del subsuelo, las corrientes eléctricas naturales subterráneas y la composición de las rocas bajo el coloso. Lo que hallaron fue un sistema hidrotermal poco profundo en el que interactúan magma, gases y otros fluidos: cuando el magma se calienta los líquidos y los gases se acumulan bajo el cráter y luego migran hacia la superficie. Su desplazamiento causa temblores y libera gas poco a poco.

Los científicos creen que esta actividad ha deformado el centro del volcán, elevándolo hasta un centímetro al año. Esta investigación, publicada en la revista pnas, concluyó que el riesgo de erupción es bajo, y subraya la importancia de combinar técnicas de sismología, petrología y física de las rocas para entender la estructura interna de un volcán y evaluar el riesgo de erupción.

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Un planeta que se desintegra

A 140 años luz de la Tierra en la dirección de la constelación de Pegaso un pequeño planeta se desintegra a gran velocidad. Este exoplaneta, conocido como BD+05 4868 A b, tiene una masa parecida a la de Mercurio, pero está 20 veces más cerca de su estrella que Mercurio del Sol, por lo que completa una órbita cada 30 horas. El calor de la estrella eleva la temperatura de la superficie a unos 1 600 °C, por lo que se cree que la superficie es en parte de roca fundida. El vapor que produce la evaporación de esta lava escapa de la tenue gravedad del planeta, formando una franja de polvo en el espacio que se extiende unos nueve millones de kilómetros por enfrente y por detrás del planeta. Se estima que la cantidad de masa que pierde con cada vuelta a su estrella es el equivalente a la masa del monte Everest.

Este exoplaneta fue descubierto por casualidad por el Transiting Exoplanet Survey Satellite (tess) de la nasa, que se encarga de descubrir exoplanetas mediante el método de los tránsitos: si una estrella lejana tiene planetas que la orbitan, en ciertas condiciones podemos ver desde la Tierra que su luz se atenúa periódicamente cuando un planeta pasa entre nosotros y la estrella, lo que se conoce como un tránsito. A partir de las mediciones que hace el tess de estas fluctuaciones en la luminosidad pueden deducirse muchas características del planeta aunque no lo veamos directamente.

Los autores de este estudio observaron lo que llamaron tránsitos extraños, tránsitos en los que la luz de la estrella tarda más tiempo en recuperar su brillo que en atenuarse. Esto les hizo suponer que una larga estructura posterior que no siempre tenía la misma forma bloqueaba la luz de la estrella, seguramente una estela de polvo. Hasta el momento se han descubierto casi 6 mil exoplanetas, pero sólo tres de este tipo. La peculiaridad de BD+05 4868 A b es que su cola es más larga, sus tránsitos son más profundos y su evaporación es más dramática que la de los otros, y se calcula que se desintegrará mucho más rápido, en apenas uno o dos millones de años. Esta investigación fue realizada por astrónomos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (mit), apoyada por la nasa y publicada en la revista Astrophysical Journal Letters.

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Los tiburones a veces muerden en defensa propia

Los tiburones son uno de los animales más temidos por los humanos, posiblemente en parte gracias a la influencia del cine, que los muestra como depredadores agresivos e indiscriminados de nuestra especie. Una investigación reciente realizada por tres científicos de Francia y Estados Unidos muestra que esto es falso. El artículo, publicado en la revista Frontiers in Conservation Science, explica que entre los motivos por los que ataca un tiburón se encuentran la defensa del territorio, la búsqueda de alimento y la competencia, y que un porcentaje de las mordeduras de estos escualos tiene lugar en defensa propia.

Las mordeduras asociadas con la autodefensa ocurren cuando el humano intenta tocar al tiburón o invade su territorio durante la pesca submarina, la pesca con arpón y la gestión de trampas para peces. Los investigadores destacan que las mordeduras por autodefensa son superficiales y rara vez fatales, a diferencia de los ataques por depredación, en los que la víctima pierde grandes cantidades de tejido.

El estudio analizó 137 mordeduras de tiburón reportadas en la Polinesia Francesa —donde viven más de 30 especies— durante los últimos 60 años. De esas mordidas 16 fueron clasificadas como de autodefensa; casi la mitad ocurrió cuando la víctima arponeó al animal. Otro porcentaje importante ocurrió por pesca submarina, y alrededor de 20 % por actividades como el muestreo científico, la fotografía y la exhibición turística. Los autores sugieren a los medios de comunicación evitar el sensacionalismo cuando reporten mordeduras de tiburón y exhibir claramente cuando el humano sea el instigador del ataque para mitigar la mala imagen de estos antiquísimos animales.

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