Aquí estamos 24

Nuestro propio caos

Hay un tema que me ha parecido siempre apasionante: el cosmos. Esa palabra que aborda al Universo, las estrellas, planetas, pulsares, cuasares, enanas blancas, hoyos negros, los cometas, asteroides, galaxias... el infinito. Ahora, ¿cómo podremos relacionar al cosmos y su frontera infinita con nosotros?

Junto con los demás elementos bióticos y abióticos, somos un microcosmos, parte del todo del cosmos. Para poder entender con mayor detenimiento ese todo debemos entender las partes que lo conforman y eso, por lo menos todavía, es imposible.

Nosotros conformamos el cosmos pero a menor escala; somos como un fractal, que refleja el comportamiento de algo mucho mayor que nosotros. Ahora el problema es mayor: el Universo es infinitamente grande y nosotros extraordinariamente pequeños. Como siempre hay un gran pero que gobierna todo esto y, por ello, nos sentimos a veces sin esperanzas de poder explicar algo del asunto.

¿Cómo podremos explicar el comportamiento del cosmos si nuestro comportamiento (como seres humanos) es tan caótico? Suena a utopía, pero me gustaría que hubiera una ley, una ecuación que determinara todo, que pudiera explicar lo que es estar vivo.

Nada es sencillo en este mundo tan extraño. Uno debe estar consciente de lo que sucede, aceptarlo, dividir lo irreal de la realidad y viceversa, seguir nuestros caminos dentro de lo visible y lo posible. Por ello disfrutaré el resto de esta tarde sin preocuparme en este cielo infinito, en este silencio infinito, sin preguntar las soluciones... sólo vagas teorías.

Julieta Randall, 16 años,
Comunidad Educativa Cemac, CCH, México, D. F.